Obispo Rangel, ¿Gobierno o narcos?

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“Al obispo emérito Salvador Rangel lo querían desaparecer por su labor”, afirmó el obispo de la diócesis de Chilpancingo–Chilapa, José de Jesús González Hernández.

El obispo González Hernández asegura que a su colega lo torturaron y golpearon, que presenta moretones y que sus captores intentaron desaparecerlo.

A Rangel le suministraron muchas sustancias, incluyendo narcóticos, para perder la memoria y la voluntad. Lo último que recuerda es haber consumido una bebida.

González Hernández no descarta que lo ocurrido esté relacionado con las labores de negociación que realizaba el obispo Rangel con integrantes del crimen organizado.

Recordemos que el obispo Rangel había tenido varias reuniones con miembros de un grupo criminal llamado Los Ardillos, el obispo aseguraba que trataba de platicar con ellos para llegar a acuerdos de paz.

Puede ser que el obispo Rangel haya tenido la mejor de las intenciones, pero hay que recordar que son varios los grupos del crimen organizado que se disputan la zona. Muchos trabajan entre el estado de Morelos y Guerrero.

Por eso, el obispo José de Jesús González no descarta que la desaparición del obispo esté relacionada con grupos del crimen organizado en Morelos.

A pregunta expresa de que, si el obispo Rangel estaba en contra de la estrategia de seguridad del Gobierno federal, éste respondió que sí y que incluso había ya recibido muchas amenazas por ese tema.

Pronto, aseguró, el obispo rendirá su declaración, pero se espera a estar más lucido, por lo pronto sigue delicado de salud.

Las drogas que le dieron fueron muy fuertes y en altas dosis. Detalló que las sustancias que lo obligaron a tomar aún no han salido de su cuerpo, por lo cual dijo: “No ha podido rendir declaración ante el Ministerio Público”, pues lo único que recuerda es que salió de su casa y se detuvo en una tienda de conveniencia a comprar algo.

Este tipo de drogas son cada vez más comunes para robar, extorsionar y abusar de las personas. Por ejemplo, que algunos meseros, taxistas u otras personas les suministren estas drogas a los clientes es cada día más común. La persona a quien se la suministraron muchas veces ni sabe qué está consumiendo y lo más grave de todo es que no se nota que la persona está drogada, pero si se pasa la dosis, ésta mata.

Recuerdan el caso del empresario Íñigo Arenas, que apareció en un bar donde perdió la vida. Muy probablemente le dieron la droga antes de llegar al lugar, se les paso la dosis y falleció.

Ésta puede ser una de las versiones en torno a la desaparición del obispo Rangel. También está la disputa entre la Fiscalía del Estado de Morelos con Uriel Carmona y el gobierno de Morelos.

Recordemos que desde que inició como gobernador Cuauhtémoc Blanco, siempre ha estado enfrentado con Carmona.

El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, ha insistido, desde el 29 de abril, que el obispo Salvador Rangel sufrió un secuestro exprés, que los delincuentes lo sedaron con un coctel de drogas para luego vaciar sus tarjetas.

Por su parte, el gobierno de Morelos no ha precisado qué le sucedió al obispo emérito. Hasta el momento no existe una línea de investigación que sea confirmada tanto por la fiscalía como por el gobierno de Morelos, todo se ha centrado en una guerra entre ambas autoridades estatales, con guerra de declaraciones y un obispo que permanece hospitalizado.

Caso sigue en incógnita

El Fiscal de Morelos visitó al obispo Salvador Rangel tras ser internado en el Hospital General José G. Parres, el 29 de abril.
El Fiscal de Morelos visitó al obispo Salvador Rangel tras ser internado en el Hospital General José G. Parres, el 29 de abril.Foto: Cuartoscuro

Recordemos que el pasado 2 de mayo, el titular de la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES) de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, afirmó que Rangel Mendoza no había sufrido un secuestro exprés y que el día 29 de abril entró a un motel con un hombre por su propia voluntad.

El mismo gobierno estatal se ha dedicado a difundir que los paramédicos que hallaron al obispo emérito recogieron sus pertenencias que tenía en el motel, donde supuestamente encontraron pastillas de Viagra, condones y lubricante.

Además, difundió fragmentos del parte médico, indicando que: el obispo emérito dio positivo a cocaína y benzodiazepina.

También aseguraron que el obispo estaba en un motel donde había sido encontrado por una mujer de la limpieza, quien, al no contestar la respuesta, entró y vio un hombre de edad avanzada y que llamó a una ambulancia para que lo trasladaran a un hospital. Dieron incluso el número de la ambulancia de la Cruz Roja de Morelos.

Otra contradicción: la Cruz Roja de Morelos emitió un comunicado en el que negaba que una de sus ambulancias fuera la que llevó al obispo desde el hotel hasta el hospital.

“Es importante destacar que la ambulancia #57, mencionada en algunos medios de comunicación, que efectivamente pertenece a nuestro parque vehicular haya sido utilizada para la transportación de la persona referida”, indicó.

Tanto el Episcopado Mexicano, como la familia del obispo Rangel aseguran que es una “campaña sucia” que se ha desatado en su contra. Y es que a la tortura se suman los señalamientos que han dado a conocer varios clérigos, quienes indican que existe una guerra contra el obispo Salvador Rangel.

El abogado del obispo también volvió a denunciar que Rangel está siendo revictimizado por el gobierno de Morelos, y que con ello incurre en daño moral. Aclaró que Rangel Mendoza está haciendo valer su derecho a guardar silencio como víctima, además de que todavía no se encuentra en las “mejores condiciones de salud”.

El abogado asegura: “Esto es para mandar un mensaje de que en Morelos no hay violencia”. Pero la realidad es que el estado se ubica entre los 10 con más homicidios dolosos a nivel nacional, sólo en enero de este año superó los 100 asesinatos.

Ramón Castro Castro, secretario general del Episcopado Mexicano, ha dicho que el caso del obispo Salvador Rangel “ha sido utilizado como un instrumento político”. Y acusó la puesta en marcha de una fábrica de miles de “bots de ya saben quién para atacar a la Iglesia”.

“Esto ha incluido memes y mensajes en redes sociales en los que se han hecho sátiras, se han fabricado mentiras y se han puesto en muchas versiones no confirmadas de lo que presuntamente hizo el religioso el fin de semana que desapareció”, señaló Castro. En respuesta, en su conferencia matutina del 6 de mayo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó la idea que desde su Gobierno se haya llevado a cabo alguna campaña contra sacerdotes católicos.

Por lo pronto, familiares del obispo advirtieron que presentarán una demanda contra autoridades de Morelos por filtrar información no confirmada y que ha perjudicado la imagen del religioso. Indican que la demanda será por daño moral, al señalar que ingresó de forma voluntaria a un motel, una versión que no ha sido comprobada por el comisionado de seguridad ni por otra autoridad estatal.