México en el jazz (1/3)

LAS CLAVES

Carlos Olivares Baró*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Olivares Baró
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El jazz sigue siendo relegado en los escenarios musicales de México. Género de fuerte presencia negra no ha sido bien recibido en los espacios dominados por programaciones de pop, rock o balada. Todo se remonta a la época colonial: el país estaba residido por una numerosa población negra que trajo de África sus ritmos. El clero católico de la Vera Cruz suscribía en 1795: “músicas profanas y ruidosas que conllevan en sus cadencias silbos del demonio”. La Costa Chica, espacio de rondas mestizas que cultiva el son de raigambre afro que algunos instrumentistas han incorporado a las juntas armónicas del jazz. 

Destacados intérpretes internacionales han tenido anuencia en nuestra nación: el cubano Chico O’Farrill pasó buena parte de su carrera en la capital mexicana realizando arreglos para big band locales; Louis Armstrong incorporó a su repertorio la tradicional “La cucaracha”; Nat King Cole vocalizó “Guadalajara” y “Las chiapanecas”; el pianista Dave Brubeck grabó el álbum Bravo! Brubeck! con melodías y composiciones mexicanas trasladadas a las sincopas del jazz; el bajista Charles Mingus produjo y ejecutó la placa New Tijuana Moods (obra maestra del hardbop) desde consumados conformes y conciliaciones armónicas propias de la tradición musical de México.

El jazz tiene concilios y apegos en muchas franjas del breviario melódico tradicional: recordar la sonoridad mexica, por ejemplo, de la orquesta de jazz de Chato Rojas preferida del público en los años treinta. En los años veinte, los presos de Belén fundaron una big band al estilo dixieland con afines y referencias melódicas de conforme jarocho.

Víctor Mendoza (percusionista), Abraham Laboriel (bajista), Juan José Calatayud (pianista), Cristóbal López (guitarrista), Jako González (sax), Tino Contreras (batería), Salvador Agüero (batería y flauta), Enrique Almanza (contrabajo), Mario Ruiz Armengol (piano), Roberto Aymes (contrabajo), Enrique Nery (piano), Lautaro Barra (sax), Fernando Barranco (batería y sax), Gerardo Bátiz (piano, percusión y flauta), Agustín Bernal (contrabajo), Emiliano Marentes (guitarra), Freddy Marichal (batería, piano y voz), Roberto Morales (arpa jarocha, teclado, flauta), Chilo Morán (trompeta)...: protagonistas del canon jazzístico local de significativo desempeño.

Astillero, Atril 5, Banco del Ruido, Jazz 4, Mexican Jazz Revolution, Vía Libre, Antropoleo, Aleación, Azzor, Banda Elástica, Radnéctar, El Quinto Elemento…: ensambles insignias del jazz nacional. / Sacbé –fundado por los hermanos Fernando, Enrique y Eugenio Toussaint en 1976– ha sido la agrupación de mayor proyección internacional: tonalidades de Weather Report y Return To Forever, con tildes y variantes autóctonas que revolucionaron el jazz mexicano de los años 80/90.

Cinco de marzo de 1954: el comentarista Roberto Ayala organiza y produce las primeras grabaciones de jazz que se registran en el país: Jazz in México. The legendary 1954 sessions (Fresh Sound Records, 2004) recopila esa jams session cardinal con la participación de Trío de Mario Patrón, Cuarteto de César Molina, Cuarteto de Héctor Hallal El Árabe y Orquesta Todos Estrellas en ronda de acusada sonoridad bebop con guiños west coast/cool y asomos de hardbop

Jazz in México. The legendary 1954 sessions
Jazz in México. The legendary 1954 sessions
Jazz in México. The legendary 1954 sessions
  • Artista: Varios
  • Género: Latin Jazz
  • Disquera: Fresh Sound Records, 2004