Carlos Urdiales

Congreso de porra

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Si el Poder Legislativo nos representa como sociedad y nación, sin duda México es una pachanga. Lo visto en el Congreso durante la aprobación, que no discusión, del Presupuesto de Egresos (PEF) 2022, nos retrata.

Bancadas partidistas son como porras con matracas en disputa deportiva; aritmética simple para lo más relevante, definir cuánto y cómo gasta el Estado. A lo propuesto por la SHCP no se le movió una coma; se perdió tiempo, inscribieron la mayor cantidad de reservas en la historia para el análisis y no cambió nada.

Diálogo de sordos, pantomima democrática, patiños en montaje político de desenlace anticipado. Desplantes y desfiguros al por mayor, debate y reflexión al por menor; ése fue el maratónico trabajo de la 65ª Legislatura en San Lázaro.

“Mañanitas” al Presidente a través del Canal del Congreso. Pastel y circo sin decoro o sana distancia. Pachanga en el vigor transformador. Revancha cantada en mismos términos.

Si para el PEF 2022 Morena, PT y PVEM no necesitaron del PRI, PAN, PRD ni MC para aprobarlo, tal como fue dictado; para la contrarreforma eléctrica los derrotados auguran venganza, su reforma está muerta, no pasará.

¿No pasará? El PAN dice que no, el PRI no se compromete, matiza; “en los términos en que está planteada, no transita”. O sea, en otros quien sabe. El Presidente López Obrador los cuquea; apoyan y reescriben su neoliberal pasado o se condenan a ser salinistas de por vida y llevar como losa sobre sus espaldas haber nacido revolucionarios y acabar como prefectos de intereses comerciales, trasnacionales. El PRD ni cuenta.

El PAN de Marko Cortés se desmorona. Sucesión de hechos desarticulados terminaron por extraviar la cohesión ideológica del partido más perfilado en la arena electoral nacional. Al PAN se le puede criticar por casi todo, menos por su integridad central; conservadora, empresarial, confesional, solidaria; robusta en su brega.

Desde la traición de Ricardo Anaya a Gustavo Madero, la dirigencia del PAN fue cooptada por jóvenes ambiciosos, con la maña y oficio que permite la estructura administrativa y política —padrón incluido—, Anaya se hizo de la candidatura presidencial, jefaturó la alianza con el PRD en 2018, colocó a Marko Cortés y planearon cómo adueñarse de la herencia.

Al ver la magnitud de su debilidad frente a AMLO y Morena, en las elecciones intermedias el PAN necesitó aliarse ya no sólo con el PRD sino también con el PRI. Hoy Anaya es una presencia virtual y Cortés encabeza una dirigencia irrespetada por su militancia.

Morena ensaya encuestas. En total fueron 153 los suspirantes a candidatas y candidatos para buscar las seis gubernaturas que se disputarán en 2022. Dos mujeres y dos hombres van a integrar cada cuarteto, 24 en total, 6 al final. De cómo procese esta criba demoscópica el partido, dependerá el volumen y tono de la selección mayor, la de 2024.

Serán encuestas las que definan, no las que transparenten, las decisiones que Mario Delgado podrá modular a conveniencia de intereses, instrucciones y compromisos. ¿Y los perdedores? Ésa será la etapa más delicada. Desbandadas, renuncias y fuego amigo a la orden del día.