Nueva anormalidad

SOBRE LA MARCHA

CARLOS URDIALES
CARLOS URDIALES
Por:
  • Carlos Urdiales

Si es nueva, no es normal. Anormal es lo extraordinario.

La convivencia social será desigual, la sana distancia llegó para quedarse y sacudir costumbres; las manifestaciones de afecto serán subyugadas por el nuevo miedo pandémico que nos enclaustró como nada nunca.

Hay nuevas prioridades, el sector salud es prioritario —ahora sí, en serio—; sus inventarios tienen nuevos enfoques, la permisividad para el desabasto y la precariedad, se acabaron; la lupa social denunciará todo, falta de ventiladores o de medicamentos contra el cáncer infantil.

El gobierno de la 4T busca más médicos especializados, modificará la correlación entre la capacidad de universidades vs. la demanda estudiantil; sea que les dé mayores presupuestos e infraestructura física y docente o porque patrocine becas para especializaciones allende las fronteras.

Para los gobernados el retorno es confuso y lento. Se termina la jornada de sana distancia con todo el país, excepto Zacatecas, en semáforo rojo. ¿Comprende el final de la cuarentena con la vigencia de las mismas prohibiciones? Yo tampoco.

Así, los grupos más castigados con precarias condiciones de confinamiento saldrán despavoridos del cautiverio y la anorexia económica. Con todo y luz roja AMLO reanudará sus esenciales giras. Otros también.

Violencia e inseguridad nos aguardan impacientes. El incremento de robos y extorsiones están en el presupuesto de las autoridades. Lo intuyen todos, policías, secretarios de seguridad estatales, ministerios públicos en fiscalías y procuradurías saben que tras la calma, viene la tempestad.

Consciente del momentum criminal que se avecina, la 4T echó mano de un artículo transitorio en la Ley que creó a la Guardia Nacional y dispone ya de soldados y marinos a discreción para afrontar lo que se avecina.

Brindar seguridad a las cadenas de valor industrial exige nuevas mecánicas de disuasión y defensa. Embarques en caravanas que inhiban la piratería terrestre contra camiones y trenes, Guardia Nacional o Marina y Defensa en la periferia de parques comerciales o industriales para evitar saqueos.

La policía cibernética de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana trabaja con Condusef, el IFT, la ABM y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para contener y remediar los ataques informáticos a millones de cuentas y usuarios desde la rama tecnológica del crimen organizado que perpetra hurtos virtuales a víctimas de carne y hueso.

Gobiernos locales, autoridad sanitaria federal y el sector privado, trabajan en concierto reglas que impidan nuevos brotes de Covid-19 en sus entornos laborales. Horarios escalonados para aplanar horas pico de movilidad urbana y regional. Afluencia de clientes y aforo de trabajadores al 50 o 30 por ciento, entradas y salidas exclusivas para instalar controles y filtros sanitarios.

Los fines de semana largos, los “puentes”, sobreviven gracias a la pandemia. El Presidente López Obrador dejó de lado su intención de hacer feriados los días precisos del calendario cívico; el clamor del sector más afectado lo hizo dar marcha atrás —cosa anormal— y permitir que, al menos por un año más, existan pequeños pero atractivos periodos para vacacionar e inyectarle vida a destinos convertidos, por el confinamiento, en calles, plazas y playas fantasma.

De todo lo que implica la nueva anormalidad, quizá la educación pública sea la materia que mayores dolores de cabeza disimula. El distanciamiento exhibió el abismo tecnológico en el que las aulas sobreviven, “educación a distancia” es un deseo distante de la realidad. En ello habremos de invertir.

El regreso a clases para cursos que concluyen el 5 de junio es un galimatías. Cursos remediales, asistencia a clases por inicial de apellido y selección de los más rezagados para un viernes de pilón. Desafío racional y ejecutivo.

La pedagogía en aquellos estratos que tienen Internet, computadora y están alfabetizados tecnológicamente, también aprendió; cátedras y colaboraciones a distancia se posicionan como atajos, descubren espacios físicos y virtuales, avance a partir de nuevos paradigmas.

Para las relaciones empresariales, los seminarios, foros y congresos hallaron vetas creativas, el e-commerce se adaptó y crece en nuevos ecosistemas; las activaciones físicas de mercadeo deben mutar para sobrevivir.

A partir del lunes, paso a paso, recobraremos nuestras dichas y virtudes, también nuestros lastres y azotes; la nueva anormalidad enfrenta viejas normalidades en un reto colectivo, parteaguas del antes y después del Covid-19 en este inolvidable 2020.