Carlos Urdiales

Lo que el Presidente quiso decir…

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Cada ocasión que el Presidente López Obrador afirma ser el mandatario más atacado por la prensa desde tiempos inmemorables, debe añadir que hace décadas, en México, no teníamos un titular del Ejecutivo con el protagonismo político y el magnetismo mediático que él ejerce y padece para usufructo de su narrativa transformadora.

AMLO reconoce que encargaba al anterior presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, casos sensibles para acotar al Poder Judicial que, antes de asumir el cargo en 2018, ofrecía no molestar, ni con palomas mensajeras o halcones amenazantes.

Así lo dijo el 8 de agosto de aquel año en su discurso de recepción de la constancia que lo convertía en Presidente electo.

Pero la transformación también se adecúa a la realidad que impone ejercer el poder. Y en esa adecuación, entre dichos y hechos, ahora sabemos que sí había unos respetuosos encargos sobre expedientes judiciales sensibles.

Discreto diálogo entre poderes, justificado bajo una ética auto asumida de bien común, amor al pueblo y justica como algo distinto al apego a la legalidad. Esta última no gusta al Presidente, el líder popular elige aquello que es justo. Para él, o para millones, al margen de leyes que, en consecuencia, deberían ser adecuadas a sus parámetros.

Como sea. El Presidente tuvo relación republicana con el ministro presidente del máximo tribunal, hoy asesor de la candidata de Morena a la Presidencia. Ahora que la Corte es presidida por una magistrada de carrera judicial, la comunicación está rota.

Para mal de la relación entre contrapesos y para bien por la ausencia de intromisiones justificadas dinámicas de filias y fobias.

Ayer, Arturo Zaldívar se defendió del cariño presidencial. Explicó que quizá por no dominar el lenguaje técnico-jurídico, AMLO sonó a lo que sonó. Y encontró en el imaginario colectivo el recurso de corregir y consentir con el famoso, “lo que el Presidente quiso decir”. Ese mismo del académico Rubén Aguilar cuando Vicente Fox erraba.

Pero la épica de los próceres de la Patria en busca de un asiento en el Olimpo de los mejores de todos los tiempos demanda un carrusel sin pausa en temas, problemas y dinámicas que nos mantengan al filo de la butaca.

A la confesión de parte presidencial siguió la enésima, pero no menos relevante, andanada en contra de una periodista y su “inmundo pasquín” de alcance global.

La nota publicada ayer por The New York Times, firmada por Natalie Kitroeff, que informa de otra investigación del Gobierno de Estados Unidos sobre financiamiento del crimen organizado a la campaña presidencial de 2018; obtuvo por parte de nuestro mandatario reacciones equívocas por donde se miren. Y predecibles por demás.

Quizá hoy o mañana tengamos un nuevo; “lo que el Presidente quiso decir”.