David E. León Romero

El equilibrio necesario

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El Parlamento griego aprobó en días pasados una reforma laboral que extiende la jornada de trabajo y permite a los empleadores imponer un sexto día laboral con base en sus necesidades productivas.

De 300 legisladores, la reforma obtuvo 158 votos por la afirmativa. El argumento del promovente es que el nuevo instrumento flexibiliza el horario y permite a los empleados tener un segundo empleo. No obstante, los opositores sostienen que la ley convertirá el sexto día de labores en una práctica recurrente lo que provocará que la semana de seis días de trabajo se convierta de facto en una realidad. Los griegos salieron a las calles para protestar contra la nueva ley.

Mientras tanto en nuestro país, en la Cámara de Diputados se discute una reforma de ley para reducir la jornada laboral a 40 horas máximas. Está por definirse cuándo se discutirá en el pleno. Actualmente la Ley Federal del Trabajo contempla una jornada de 48 horas semanales, es decir, 8 horas diarias durante 6 días consecutivos. Resulta importante mencionar que la tasa de desempleo en Grecia es del 10.8 por ciento, mientras la tasa en México es cercana al tres por ciento.

Debería ser de todos claro que el activo más importante con el que cuentan las empresas es el capital humano, es decir, sus colaboradores. Las mujeres y hombres que integran las empresas son el único recurso realmente revaluable, que a través de la capacitación y la acumulación de experiencia, incrementa su valor, lo que se traduce en mayor valor agregado para la institución.

Sin embargo, las implicaciones de una modificación en la jornada laboral y los años de retiro tienen repercusiones a distintos niveles y esferas, tanto para empleadores como para los empleados y para las finanzas públicas, por las consecuencias que dichas variables generan en los sistemas de pensiones y de seguridad social.

Es muy importante mencionar que México es el país de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en el que se trabajan más horas al año. El último reporte disponible generado en el 2019 demuestra que los mexicanos trabajan un promedio de dos mil 137 horas por año, mientras los griegos trabajan un promedio de mil 949 horas en el mismo periodo; como una referencia, el promedio de los integrantes de la OCDE ronda las mil 730 horas.

El ingeniero Carlos Slim refiriéndose al caso mexicano, ha sostenido durante mucho tiempo que lo ideal sería reducir la jornada laboral a tres días por semana con duración de 12 horas por día, aumentando los años de jubilación.

Las horas que trabajamos tienen una implicación fundamental en las empresas para las que lo hacemos, pero fundamentalmente tienen una implicación directa en nuestras vidas y las de nuestras familias. El bienestar depende directamente de los ingresos que percibimos, pero también, del tiempo disponible para compartir con nosotros mismos y con quienes más queremos. Deseable sería en medio del desequilibrio, encontrar el justo equilibrio entre la productividad y el bienestar que tanto anhelamos.