David E. León Romero

Gran activo

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

“Correr me salvó la vida”

David León

Los grandes maratones se convierten en grandes activos para las ciudades que los organizan. Activos que se traducen en ingresos y buen posicionamiento. Ahí están los maratones de Boston, Nueva York, Chicago, Londres, Berlín y Tokio, por mencionar a los 6 mejor calificados del mundo. Eventos que se han realizado por décadas y que atraen a cientos de miles de visitantes en cada edición, provocando una derrama económica sumamente importante.

En el mundo se realizan aproximadamente cuatro mil maratones anualmente en los que participan cerca de 11 millones de corredores.

El día de ayer se llevó a cabo la edición número 40 del Maratón de la Ciudad de México, evento que ha logrado cierto nivel de calidad que lo coloca entre los 10 mejores eventos del mundo. La experiencia acumulada en organizadores, autoridades y patrocinadores, además de la calidez de la ciudadanía que apoya a los participantes a lo largo de la ruta, configuran un gran evento. He tenido la fortuna de correrlo en distintas ocasiones y épocas, y su evolución es evidente. La ruta resulta bellísima, los abastecimientos suficientes, los sistemas de transporte adecuados, y la oferta de servicios se encuentra a la altura de las grandes capitales. Nuestro evento tiene su arranque en Ciudad Universitaria y la meta, en el majestuoso Zócalo capitalino.

Concentrar a 30 mil corredores —en el caso de la Ciudad de México—, o muchos más en el caso de los otros eventos mencionados, no resulta cosa sencilla. No por nada, los organizadores de este tipo de eventos han sido consultados para organizar las jornadas de vacunación masiva en distintos países, en el pico de la pandemia por Covid-19, registrando extraordinarios resultados.

La vida en comunidad en torno al maratón resulta extraordinaria. Las ciudades reciben familias visitantes de distintas partes del mundo y concentran sus acciones durante un fin de semana para deleitarlos.

Nuestro maratón ha permitido escribir millones de historias de éxito, en torno a uno de los deportes que mayores alegrías ha dado a la afición mexicana.

Contar con un maratón de talla internacional debe ser causa de orgullo e instrumento para procurar la actividad física en un pueblo que adolece de salud a causa de su sedentarismo, y atraer turismo como consecuencia de la riqueza cultural, extraordinaria anfitrionía y sobresalientes niveles de atención y servicio.

Felicidades a todos quienes participan de una u otra forma del gran Maratón de la Ciudad de México. El evento resulta, sin lugar a dudas, el preferido de América Latina. Pasan los años y el evento madura, convirtiéndose en un activo turístico de gran valor.

Abastecimiento: Bolivia se llevó el primer lugar y récord del evento. Muchas felicidades a Héctor Garibay, extraordinario corredor boliviano de 35 años de edad, quien cruzó la meta parando el reloj en 2 horas, 8 minutos y 43 segundos. Héctor le arrebató el liderazgo a los corredores africanos que por varias ediciones habían cruzado la meta en primer lugar.