El admirable Clint Eastwood

CINEBUTACA

EDUARDO MARÍN CONDE
EDUARDO MARÍN CONDE
Por:
  • Eduardo Marín Conde

Hace unos días festejamos los 90 años de ese extraordinario y admirable hombre de cine que es Clint Eastwood, director, actor, productor, compositor musical. Eastwood es una leyenda viviente, con una sobresaliente trayectoria de 65 años. Pero lo asombroso es que sigue en plena actividad, a una edad en la que la inmensa mayoría de sus colegas llevan años retirados. Desde que cumplió 80 años, ha dirigido ocho películas, de una línea constante de calidad.

Muy pocos como él en la historia del cine, han combinado su gran trayectoria como actor con una destacada labor como director, como el inmenso Charles Chaplin. También Orson Welles, quien dirigió, actuó, escribió y produjo esa joya que es “El ciudadano Kane”, pero realizó mucho menos filmes de gran calado que Eastwood. Por supuesto, Woody Allen, quien nos ha regalado innumerables obras brillantes, pero lleva un cuarto de siglo en decadencia, obsesionado por realizar una película cada año.

Chaplin, Welles y Allen escribían también sus filmes, lo que es triple mérito, mientras Eastwood ha preferido colaborar con otros guionistas.

Otro caso es Robert Redford, estrella de los 70, quien debutó atrás de las cámaras con “Gente como uno”, consiguiendo el Oscar a Mejor Director en 1981. Al año siguiente Warren Beatty logró ese mismo Oscar por “Reds”. Pero Redford ha dirigido nueve películas y Beatty sólo cuatro. Eastwood suma 38, algunas fallidas, pero todas dignas. Siempre fiel a sus preocupaciones temáticas de reflejar el esfuerzo humano ante la adversidad, ha tenido la capacidad de reinventarse y llevar a la pantalla una amplia gama de historias reales.

Con su gran personalidad y carisma, se consagró como actor en los 60 en la trilogía del spaghetti western del italiano Sergio Leone, destacando “El bueno, el malo y el feo” (1966). Al mismo tiempo que protagonizaba a su icónico personaje del policía Harry “El sucio”, incursionó en 1971 en la dirección, con relatos menos convencionales y de mayor sentido social, y fue consolidando su madurez artística, su habilidad narrativa, pero, sobre todo, su visión para retratar historias individuales con un enfoque profundamente humano.

Ha abordado personajes tan disímbolos, como el jazzista Charlie Parker, en “Bird”; Nelson Mandela, en “Invictus”; el piloto Chesley Sullenberger, en “Sully”; el cantante Frankie Vallie, en “Jersey Boys”; el soldado de élite Chris Kyle, en “Francotirador”; el todopoderoso director del FBI J. Edgar Hoover o el agente de seguridad Richard Jewell, acusado de haber puesto una bomba en la Olimpiada de Atlanta.

Lo que cuenta Eastwood son historias individuales bajo condiciones extraordinarias. Sólo él ha ganado dos veces el Oscar a Mejor Director dirigiéndose a sí mismo: en la excepcional “Los

imperdonables” y en “Million Dollar Baby”. Ha sido nominado cuatro veces a director y dos a actor estelar. El único que lo iguala, con más de una nominación en ambas categorías, es Warren Beatty. El legado de Clint Eastwood es formidable.