Eduardo Nateras

Campañas y confrontación

CONTRAQUERENCIA

Eduardo Nateras
Eduardo Nateras
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El domingo pasado dieron inicio en todo el país las campañas para renovar el próximo 6 de junio las 300 curules de mayoría relativa y 200 de representación proporcional de la Cámara de Diputados, a las que se suman 15 gubernaturas y diversos cargos del ámbito local y municipal.

Esta elección será histórica, sin lugar a dudas, por muy diversos motivos. Además de ser la elección más grande jamás organizada en México por lo que al número de votantes y cargos en disputa se refiere, será la primera vez que 213 de los actuales diputados federales busquen reelegirse por un periodo más, de acuerdo con la más reciente reforma en materia político-electoral.

Asimismo, para nada resulta menor el hecho de que los comicios más grandes en la historia de nuestro país se lleven a cabo en medio de la mayor crisis sanitaria mundial, que aún nos obliga a mantener medidas de distanciamiento social —cada vez menos estrictas— y que mantiene a la mayoría de la población en vilo, tras una muy lenta primera etapa de vacunación cercana a concluir. A pesar de ello, parece que pudieron más las arengas políticas que el criterio luego de un muy prolongado confinamiento, pues las imágenes de actos masivos de inicio de campaña fueron comunes a lo largo y ancho del territorio.

Por lo que respecta a la preferencia electoral, de acuerdo con los resultados de la más reciente encuesta a cargo de Alejandro Moreno de El Financiero, las confrontaciones arrancan con un 40% de intención de voto a favor de Morena para renovar la Cámara de Diputados, seguido de un muy lejano 11% para el PAN, 10% para el PRI y 3% para el PRD —apenas por encima del umbral de votos mínimo para mantener el registro nacional. La tarea de partidos y candidatos, de aquí al día de la elección, será endulzarle el oído al 27% de la ciudadanía que aún no tiene definido su voto.

Por otro lado, no puede pasarse por alto que la búsqueda por obtener la preferencia ciudadana se da en medio de una de las mayores confrontaciones de las que se tenga registro entre el partido gobernante y la autoridad electoral, que abarca tanto a su parte administrativa —el Instituto Nacional Electoral (INE)—, como a la jurisdiccional —el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Las tensiones en torno al árbitro electoral —constantes desde el inicio de la actual administración— sin duda se han intensificado tras la disputa más reciente, provocada por la cancelación por parte del INE de las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, quienes buscan las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, respectivamente.

El hecho generó que simpatizantes de ambos candidatos montaran un plantón al exterior del INE en protesta a sus determinaciones, y que el propio dirigente de Morena se trasladara —con todo y simpatizantes y candidatos agraviados— a las afueras del TEPJF, para solicitar la restitución de las candidaturas. Se prevé que hoy mismo el Tribunal resuelva los recursos de impugnación interpuestos, que buscan revertir las decisiones del INE.

Agridulce inicio de campañas, en un largo —muy largo— proceso que apenas ve sus primeras hostilidades.