Eduardo Nateras

Retorno (anticipado) a clases

CONTRAQUERENCIA

Eduardo Nateras *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Eduardo Nateras 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Hace una semana finalizó oficialmente el ciclo escolar 2020-2021 —impartido de principio a fin de manera virtual para atender la contingencia sanitaria—, con lo que habría comenzado la cuenta regresiva para retornar a las aulas de manera presencial a partir del próximo periodo.

Con el cierre del ciclo, concluyeron actividades más de 25 millones de estudiantes y 1.2 millones de docentes en más de 230 mil planteles de nivel básico en todo el país, tanto de escuelas públicas como privadas, entre quienes una amplia mayoría tuvo como principal herramienta de aprendizaje el contenido de Aprende en Casa, la estrategia implementada de forma emergente por las autoridades educativas federales para poder impartir contenidos didácticos por medio de programas de radio y televisión.

Sin lugar a dudas ha sido un reto llevar a cabo actividades docentes a distancia, particularmente para niveles de educación preescolar y básico. Pero tal parece que el inicio del próximo ciclo escolar —a comenzar el próximo 30 de agosto— traerá consigo un desafío igualmente titánico, pues —aparentemente— marcaría el regreso a clases presenciales, tras casi año y medio de haberse suspendido. Así lo anunció el Presidente López Obrador, quien considera que —en palabras suyas— no hay nada que impida el retorno, por lo que la próxima semana se anunciaría el plan detallado para llevarlo a cabo.

No cabe duda que la necesidad de volver al entorno presencial es mayúscula. En este sentido, mucho se avanzó con el esquema de vacunación aplicado de forma específica al personal de planteles educativos, como una medida para acelerar el regreso a las aulas. A ello se suma el avance gradual del programa de vacunación para la población en general, que actualmente abarca a los primeros grupos de personas de 30 años o más.

Sin embargo, la insistencia y próxima oficialización del retorno a clases presenciales, a partir de agosto, se da en medio de la ya cada vez más evidente tercera ola de contagios, que tiene lugar en nuestro país desde hace ya varias semanas, con niveles similares a los registrados a inicios de este año, en donde se atravesó por una crítica situación en materia de salud a nivel nacional.

Por otro lado, existe evidencia de que volver a las aulas de manera anticipada no es una buena estrategia. Así sucedió en el estado de Campeche, en donde, al haber estado en semáforo epidemiológico verde durante varias semanas, se tomó la decisión de volver a las aulas sólo para ser suspendida apenas unos días después, ante el repunte casi inmediato de contagios en los colegios.

Si bien para el Presidente no se trata más que de un “pequeño rebrote de contagios”, México aún se sitúa como el cuarto país con más muertes por Covid en el mundo, después de Estados Unidos, Brasil e India.

Esperemos, pues, que no se trate de una nueva medida electorera —de cara a la consulta ciudadana del juicio a exservidores públicos del 1 de agosto—, y que la decisión llegue cuando las condiciones realmente lo permitan. Al tiempo.