El INE no se toca

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

No sé usted qué hizo ayer pero yo, querido lector, estuve en un evento histórico en la Plaza de la República. Allí, a las 11:52 de la mañana escuché a José Woldenberg resumir de manera magistral, la defensa de algo que nos ha costado construir en los últimos 34 años.

Por supuesto, me refiero a la “Marcha en defensa del INE”. El discurso, de 13 minutos, fue totalmente contundente y me di a la tarea de apuntar lo que para mí fueron las mejores frases y que salieron disparadas como dardos contra su blanco: La Reforma Electoral de Palacio Nacional.

Las resumo de manera cronológica:

“Estamos aquí reunidos con un solo objetivo, claro y trascendente, defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron”.

Woldenberg calificó este legado como “un patrimonio común” y ¿sabe qué?, así lo es, no es el patrimonio de un solo hombre.

Gracias a este legado, señaló el también académico, “…dejamos atrás el país de un solo partido, de un presidencialiísmo opresivo, de elecciones sin competencia ni opciones auténticas, de poderes constitucionales que funcionaban como apéndices del ejecutivo”

Y a ese pasado, que pensábamos ya superado, quieren que volvamos.

Woldenberg también recordó las ocho reformas electorales que se llevaron a cabo entre 1988 y 2014 y que nos acostumbraron “a la diversidad, a las contiendas competidas, a la alternancia en los ejecutivos, a los congresos plurales y a los mecanismos de diálogo, negociación”.

Ese trabajo de todos tiene un hijo, explicó: el Instituto Nacional Electoral.

“…No llegamos a una estación final y tampoco a un paraíso, apenas a una germinal democracia, pero que nos ha permitido asentar la pluralidad política y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica”, destacó el primer consejero presidente del entonces llamado Instituto Federal Electoral.

A partir de aquí, a partir de este momento en el discurso, vinieron los “peros”.

La propuesta de reforma del Presidente Andrés Manuel López Obrador, desmenuzó, “…significa no sólo una agresión a las instituciones existentes, sino a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático. México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno… Nuestro país no merece regresar al pasado”.

Y señaló tres cosas que México y los mexicanos, no nos podemos dar el lujo de permitir:

“México no puede deshacerse sin contemplaciones del entramado federalista en materia electoral sin perder eficacia y confianza… México no merece una reforma constitucional en materia electoral impulsada por una sola voluntad por más relevante que sea…. México no puede trasladar el padrón electoral a otra institución, porque el INE ha cumplido con creces en la elaboración del listado confiable”.

Sus palabras terminaron con dos llamados:

“Nuestro futuro no puede ser resultado de la seducción por un pasado que en buena hora fue desterrado… defendemos un sistema electoral que nos cobija a todos y que permite la coexistencia de la diversidad y la sustitución de los gobiernos por vías pacíficas y participativas”.

Respeto la opinión que usted tenga al respecto, amable lector, pero francamente yo coincido en todo con José Woldenberg, especialmente con sus últimas palabras. Digamos no al autoritarismo y sí a la democracia.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!