El Duende

“Violencia contra ellas”

DESDE LAS CLOACAS

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El asesinato de 90 políticos durante el proceso electoral –una treintena de ellos directamente relacionados con las candidaturas, siete mujeres entre estos casos– pasó a segundo plano un mal que sacó a la luz este proceso electoral: el de la violencia política contra las mujeres.

Oficialmente, 118 quejas fueron recibidas por el Instituto Nacional Electoral en materia de violencia política contra las mujeres, un número que podríamos calificar como “marginal” si tomamos en cuenta que en esta ocasión, muchas mujeres participaron por algún cargo de elección popular. Aun así, son más denuncias que las que se recibieron en el proceso de 2018.

De un total de 138, 830 candidaturas que compitieron por los 20, 417 cargos públicos en juego, 71, 466 son de mujeres. O sea el 51.5%.

Según datos del árbitro electoral, las quejas vinieron, en 80 por ciento de los casos, del ámbito local o municipal y se refirieron, principalmente, a ataques que las candidatas recibieron a través del anonimato y la cobardía de las redes sociales.

En estos casos, el INE tuvo que pedir directamente a empresas como Facebook y Twitter que bajaran comentarios y tuits de odio contra ellas. Pero esto es sólo la punta del iceberg.

El INE ha detectado que otras muchas conductas misóginas se han normalizado en el ámbito político y que las mujeres no denuncian. Esto nos habla de la existencia de una cifra negra que el árbitro electoral apenas ha comenzado a analizar.

Lo anterior sin contar los casos escandalosos y normalizados en donde a todas luces las mujeres –hijas, madres, esposas– fueron usadas por los candidatos hombres cuando se presentaron casos en que el INE negó la candidatura en cuestión. ¿Le suena familiar?

Reformas y cambios a diversos ordenamientos como la Ley General de Procedimientos Electorales y la Ley General de Partidos Políticos permitieron que para este proceso hubiera paridad en las candidaturas y también existiera un marco legal para procesar las denuncias en la materia.

Pero esos cambios también revelaron la resistencia que aún persiste sobre la participación de ellas en la vida pública del país, como si estuviéramos en 1955, cuando se les permitió votar por primera vez.

En términos generales, vivimos un ambiente de violencia en contra de las mujeres; 11 son asesinadas cada día en el país y ahora sabemos que, no conformes con estos números, todavía se cometen actos que violentan su integridad y atentan contra su derecho a participar. Miles de ellas fueron acosadas desde las redes sociales por competir para cargos públicos en este proceso electoral.

Con todo y lo sangriento y violento que ha sido este proceso, a partir de este lunes el mapa político de México tendrá a más mujeres en puestos de elección. Ojalá que desde ahí, comiencen a pavimentar un mejor país para ellas mismas y para todos.