Gabriel Morales Sod

Alemania después de Merkel

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En la que probablemente sea la última reunión de gabinete de Angela Merkel como primera ministra, Olaf Scholz, el próximo mandatario de Alemania, miembro del partido social demócrata y ministro de Finanzas del actual gobierno, llevó un ramo de flores a quien fuera en los últimos 16 no sólo la líder de Alemania, sino de Europa.

El acto simboliza precisamente lo que la campaña de Scholz trató de mostrar con éxito antes de la elección: Scholz, un político discreto, de pocas palabras y emociones públicas, es en muchos sentidos la continuación natural de Merkel, quien, a pesar de provenir de la derecha, fue moviéndose paulatinamente hacia el centro durante sus años en el poder y terminó liderando al país al recibir más de un millón de refugiados sirios.

En el ámbito interno, el nuevo gobierno de social demócratas (centro-izquierda), verdes (centro-izquierda) y el FDP (centro-derecha) promete algunos cambios radicales. Por ejemplo, una especie de segunda revolución industrial para convertir el 80 por ciento de la energía del país en energía limpia para 2030. Sin embargo, en términos de política exterior parece que Alemania continuará por el camino de Merkel. Al igual que la mandataria, Scholz ve la cooperación con Francia como el elemento más importante de su política internacional, reforzando a la Unión Europea y avanzando en una política conjunta frente a Rusia y Estados Unidos, que desde la presidencia de Trump ha dejado de ser un aliado confiable. El cambio más interesante podría surgir en la relación con China. Annalena Baerbock, candidata a canciller por el partido verde y la próxima ministra de Relaciones Exteriores, resaltó en su campaña la importancia de promover una política exterior basada “en valores” y criticó frecuentemente a China por violaciones a los derechos humanos. Más allá de esto, China se ha convertido en el competidor económico y tecnológico más importante de Europa.

Si todo sigue en marcha como hasta el momento, Scholz entrará al poder en tan sólo un par de semanas y tendrá que enfrentarse de inmediato a la crisis de los refugiados en la frontera de Polonia y Bielorrusia y reaccionar a los nuevos ejercicios militares rusos en la frontera con Ucrania. Sin embargo, aunque Scholz trate de seguir el camino de Merkel, el nuevo primer ministro tendrá que construir su liderazgo desde cero, tratando, como hizo Merkel, de no solamente ser la voz importante del mandatario al frente del país más poderoso de Europa, sino de convertirse en el líder político y moral del continente.