Gabriel Morales Sod

¿Cómo lograron los socialdemócratas vencer al partido de Merkel?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Aún nada está escrito. Como se volvió ya hábito de la política alemana pasarán semanas hasta que sepamos quién será el sustituto de Angela Merkel. Sin embargo, los resultados parecen indicar que el Partido Social Demócrata liderará una nueva coalición con el Partido Verde y el Partido Democrático Libre (de centroderecha), dejando al partido de la canciller en la oposición.

Hace tan sólo tres meses, el Partido Socialdemócrata, un partido de centro-izquierda que junto con el CDU de Merkel dominaron el país desde la unificación, tenía sólo el 15 por ciento de las preferencias electorales. La predicción era que el Partido Verde y su agenda ambientalista atraerían a los votantes de centro-izquierda. Sin embargo, en tan sólo unas semanas, el nuevo líder del partido, Olaf Scholz, consiguió revivir a los socialdemócratas y está ahora a punto de regresarlos al poder. La primera clave para obtener el primer triunfo de la izquierda alemana en 16 años fue un regreso a la agenda en favor de los trabajadores, en claro contraste al apoyo de su partido a varias de las políticas de austeridad de Merkel. El lema de la campaña fue “respeto para ti”, además de las palabras “dignidad” y “futuro”, temas que resonaron en las clases medias y las clases medias bajas, abatidas por la crisis del Covid-19.

El segundo elemento de su estrategia victoriosa fue presentarse como el heredero de Merkel. Si algo aprendimos de la política alemana en los tiempos de la canciller es que a los alemanes les gusta la estabilidad, y quién mejor para garantizar la continuidad que el ministro de Finanzas que estuvo a cargo de la estrategia económica del país durante la pandemia. Además, fue precisamente este puesto el que le ganó una buena reputación entre la clase trabajadora, pues Scholz empujó al país a endeudarse para cubrir los gastos de la crisis. El último elemento que lo llevó a casi duplicar los votos de su partido en las encuestas fue su apoyo al proyecto europeo y al énfasis que puso en el liderazgo de Alemania en el bloque para crear un contrapeso a Rusia, Estados Unidos, China y las nuevas potencias emergentes en Asia.

Fue así como Scholz logró atraer a dos grupos de votantes, la clase trabajadora que tradicionalmente votaba por los socialdemócratas, pero que en los últimos años había perdido la confianza en el partido, y el electorado de centro, que al ver al partido de Merkel caer en las encuestas decidió votar por la opción más estable. Después de que muchos habían cantado la muerte de la socialdemocracia en Europa, Scholz mostró cómo, mediante una campaña que enfatice una propuesta de cambio moderado y se acerque a la clase trabajadora, la izquierda laborista puede regresar al poder.