Gabriel Morales Sod

Se reanudan las negociaciones entre Hamas e Israel

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

A mi tío Víctor

Antier, después de una pausa de meses, se reanudaron las negociaciones entre Israel y Hamas por la liberación de los rehenes israelíes y el cese al fuego, en la ciudad de Doha, Qatar.

La base de las pláticas es el resultado de un largo proceso de negociaciones indirectas en París, particularmente entre los mediadores (Egipto y Qatar) y Washington, donde se acordó proponer la liberación de 35-40 rehenes israelíes vivos (mujeres, ancianos y hombres heridos) a cambio de prisioneros palestinos y un cese al fuego de seis semanas.

Sin embargo, hay una importante brecha entre las partes, en tres temas. Primero, en el número de prisioneros palestinos de alto perfil que Israel liberaría a cambio de los rehenes. Mientras Israel propone la liberación de un número similar de prisioneros al de rehenes, Hamas demanda la liberación de alrededor de 900 prisioneros, incluidos decenas de convictos por actos terroristas y asesinato; segundo, el regreso de la población civil al norte de Gaza y tercero, la transición hacia un cese al fuego permanente.

El día de ayer tuve la oportunidad de conocer al nieto de Yocheved Lifshitz, mujer de 85 años a quien Hamas liberó 17 días después de su secuestro el 7 de octubre, y de Oded Lifshitz, también de 85 años, que sigue secuestrado en Gaza. A Yocheved un grupo de terroristas la secuestró en su casa, la puso dentro de una alfombra y la subió a una motocicleta. En el camino a Gaza decenas de civiles aprovecharon para golpearla, y sobrevivió por más de dos semanas con un pepino y una rebanada de pan al día.

De Oded, no se conocía su suerte hasta que algunos de los rehenes liberados informaron que lo habían visto con vida. Oded y Yocheved dedicaron décadas de su vida al activismo por la paz. Oded solía llevar todos los viernes a palestinos enfermos de Gaza a hospitales israelíes. Yocheved cuenta que cuando estuvo en cautiverio se encontró con Yahya Sinwar, el líder de Hamas, y sin miedo le reclamó: “¿Cómo puedes hacerle esto a quienes hemos luchado durante décadas por la paz?”.

Sólo once horas después de su liberación, Yocheved salió a los medios de comunicación con un mensaje que sorprendió, e incluso enojó a muchos, diciendo que Hamas la había tratado relativamente bien. Le pregunté a su nieto qué opinaba al respecto, sobre todo a la luz de lo que ahora sabemos que sufrió. Mi abuela, me dijo, sufrió terriblemente; no obstante, cuando habló a la televisión sólo tenía una cosa en mente, darle fuerzas a las familias de los que aún siguen secuestrados, decirles que no todo estaba perdido, había esperanza en que sus seres queridos aún estaban vivos.

Yocheved no es la misma desde que regresó. Los diez kilos que perdió en cautiverio no los ha recuperado; su mente y su corazón, me dijo su nieto, aún están en Gaza con su marido. Sin embargo, el regreso de las conversaciones después de tantos meses de desesperación ha dado a las familias una tenue luz de esperanza.