Guillermo Hurtado

El segundo piso de la 4T

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En varios lugares del país, sobre todo en las afueras de los centros urbanos, vemos casas a las que les han ido añadiendo pisos de acuerdo con las necesidades de sus habitantes.

La historia es la misma en todos los casos. En un principio se construyó —casi siempre con muchos esfuerzos— una casa de un solo piso, luego, cuando creció la familia y hubo un poco más de dinero para comprar los materiales, se levantó un nuevo piso y, si resultó indispensable, se montó incluso un tercer nivel para acomodar a los nietos o a quienes requirieran un cuarto adicional. La casita, que en un principio se había pensado para tener un solo piso —sin un plan arquitectónico y sin un cálculo de ingeniería, por supuesto— aguanta a duras penas tanto peso y siempre está en riesgo de venirse abajo.

En la campaña de Morena para la Presidencia se ha adoptado la metáfora del segundo piso de la 4T. Se trata de una imagen fácil de entender, que, por lo mismo, resulta adecuada para la propaganda electoral. Lo que resultaría preocupante es que la metáfora nos recordara a esas casas a las que se les van añadiendo pisos a la buena de Dios.

Si uno pretende construir un segundo piso, debe revisar con mucho cuidado que la casa aguante el peso adicional que se le va a añadir. Hay que buscar las fallas y repararlas, antes de que sea demasiado tarde.

Lo mismo debe hacer la 4T con su pretendido segundo piso. Lo que es preciso corregir, si es que se puede, son los no pocos problemas estructurales que se pueden encontrar en el régimen actual: políticos, administrativos, jurídicos, económicos, sociales. Lo sensato es que antes de construir el segundo piso se apuntale el primero y eso requiere, de manera inevitable, adoptar una posición crítica. Si nos negamos a ver y a señalar las grietas en los muros, no podremos levantar, de manera responsable, ese nuevo piso que se ha anunciado con bombo y platillo. El riesgo de que la construcción se derrumbe, como sucedió con el fatídico Colegio Rébsamen en 2017, estará latente y quienes hayan tomado las decisiones deberán hacerse responsables.

Para construir el segundo piso de la 4T habrá que hacer el equivalente de un estudio técnico del primer piso. Ese estudio debe ser riguroso, serio, profesional. No se puede permitir que los responsables de la obra se hagan de la vista gorda. Si el primer piso se hizo a las carreras, de manera improvisada, el segundo piso tendrá que planearse con más cuidado. Para nosotros, los habitantes de la casa, siempre puede haber otra opción: buscar otro lado en dónde vivir, aunque ello nos conlleve un sacrificio temporal. Cualquier cosa es preferible a que se nos caiga el techo encima.