Guillermo Hurtado

¿Volver al modelo educativo del PAN-PRI? ¡No!

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Como he afirmado en artículos anteriores, tengo muchos reparos sobre la reforma educativa que propone el régimen actual. Sin embargo, quiero dejar muy en claro que de ninguna manera sugiero que debamos volver a la política educativa que tuvimos antes de 2018.

A continuación, señalo cinco razones por las cuales yo pienso —desde hace varios años— que el modelo educativo adoptado por los gobiernos del PAN y del PRI es indefendible.

1.- Porque privilegió la instrucción sobre la formación.

La política educativa implementada en México a partir del 2000 respondió a un movimiento internacional que importó elementos de la capacitación laboral a la educación pública. Lo que pretendía el llamado “modelo por competencias” es que la educación estuviera al servicio de las necesidades de la economía global. Este proyecto descuidó el ideal de la escuela como un sitio de formación integral de la persona humana para concentrarse de manera desmedida en el cultivo de unas cuantas competencias matemáticas, informáticas y lingüísticas.

2.- Porque subordinó la escuela a los exámenes estandarizados.

Para asegurar que los resultados de la escuela fueran los que exigían los promotores del modelo de las competencias, se les dio una enorme importancia a los exámenes estandarizados, tanto de nivel global (PISA) como nacional (ENLACE). Las escuelas tuvieron que trabajar de manera casi exclusiva —llegando al grado de estar dispuestas a hacer trampas— para obtener las mejores notas en esos exámenes, descuidando el desarrollo personal de los alumnos y la labor de los maestros.

3.- Porque a pesar de lo anterior, no logró mejorar los resultados.

Los gobiernos del PRI y PAN intentaron cumplir al pie de la letra con las instrucciones que se les dictaba desde la OECD para desarrollar el modelo de las competencias; sin embargo, los resultados de México en los exámenes internacionales casi no mejoraron. México siguió estando hasta abajo de las tablas de dichos instrumentos de medición.

4.- Porque demonizó a los maestros.

Para justificar ese fracaso, el gobierno y los poderosos grupos empresariales detrás de aquel proyecto encontraron un chivo expiatorio: los maestros. Se vendió una explicación muy simplista, si el modelo no funcionaba era por culpa de los maestros: ignorantes, incompetentes y abusivos. Si hubieran podido importar maestros de Singapur o de Finlandia, no habrían dudado en hacerlo.

5.- Porque no formó a los sujetos democráticos que requería el país.

La escuela de la alternancia democrática, es decir, del periodo que va del 2000 al 2018, no se ocupó de formar a los sujetos que requería la democracia mexicana. No les dio los elementos para razonar, debatir y participar en el foro democrático. El régimen se conformó con que el mecanismo electoral funcionara correctamente, pero hizo muy poco para que la escuela fuera el taller de la democracia mexicana. Los resultados están a la vista.