Hector Badillo

Glifosato: enriquecerse a costa de la salud human

DESDE EUROPA 

Hector Badillo*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Hector Badillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El glifosato, considerado el herbicida más utilizado en el mundo, se ha catalogado como un producto carcinógeno y sin embargo continúan las presiones para que este peligroso pesticida se siga utilizando en la industria agrícola.

La decisión de la Comisión Europea que prevé prorrogar el uso del glifosato hasta por 10 años más, a pesar de su peligrosidad para la salud humana, demuestra el poderío de las empresas que están detrás de la producción de este veneno que contamina el medio ambiente y provoca enfermedades mortales.

En Europa y el resto del mundo el glifosato fue introducido en el mercado de los agroquímicos por la transnacional Monsanto, en 1974, cuando se consideraba un producto biodegradable e inofensivo que era eficaz para eliminar las malas hierbas y arbustos, pero se desconocían los peligros graves que causa este pesticida.

En 2015, La Organización Mundial de la Salud clasificó este herbicida como un probable producto carcinógeno humano. En México, un estudio realizado en 2020 por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología demostró que este herbicida carcinógeno ha contaminado agua, campos y cultivos, provocando que tenga presencia en tortillas, harina, leche materna y hasta en la sangre y la orina de las personas.

El estudio del Conacyt también documentó que el agroquímico está relacionado con más de 20 enfermedades de tipo oncológicas, metabólicas, neurodegenerativas, endocrinas y se ha infiltrado hasta en áreas naturales protegidas.

Tanto en Estados Unidos como en Europa las empresas productoras de este peligroso pesticida enfrentan demandas por parte de víctimas de este agroquímico. Personas que ahora viven luchando contra el cáncer y otras enfermedades provocadas por el uso indiscriminado de este herbicida.

Las evidencias están ahí, el glifosato es causante de enfermedades mortales y se infiltra en el medio ambiente, dejando un rastro de destrucción en los seres humanos. Entonces cómo es que se sigue utilizando este peligroso herbicida.

La empresa Monsanto, que fue adquirida en 2018 por la multinacional alemana Bayer, es la que está detrás de la producción de los herbicidas que contienen glifosato. Una buena parte de las ganancias se invierten en los llamados lobbys, que se encargan de propalar mentiras y tratar de ocultar los daños provocados por este agroquímico para que los agricultores sigan utilizándolo en sus cultivos.

El peso del llamado lobby de los pesticidas es evidente. El Parlamento Europeo, ente que representa a los ciudadanos de la Unión, había adoptado una resolución para que a partir de 2022 se prohibiera el uso del glifosato en toda la Unión

Europea. Estamos en el año 2023 y no sólo se sigue utilizando, sino que la Comisión Europea prorrogará su uso hasta el 2033.

Ésta es una clara muestra de cómo el poder económico controla al poder político y las leyes que deberían protegernos se utilizan en beneficio de los dueños de las grandes empresas y los capitales y, lo peor de todo, es que no importa ir en contra de la salud de la población. Algo debe cambiar en este sistema voraz que pone en peligro la salud a cambio de las grandes fortunas en manos de unos cuantos