Horacio Vives Segl

El ataque a Israel

ENTRE COLEGAS

Horacio Vives Segl*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Horacio Vives Segl
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Apenas hace una semana, en este mismo espacio, presenté una reseña de la película Golda (2023), en la que apuntaba que el 6 de octubre se cumplían 50 años exactos de la Guerra de Yom Kippur, recordando la precariedad ancestral que existe, por lo que se refiere a la guerra y la paz, en una de las regiones históricamente más conflictivas del planeta.

Pero una cosa es una escalada en las operaciones y ejercicios militares, y otra cosa es un ataque de corte definitivamente terrorista como el que inició el sábado. El caso es que el día de hoy, ya hay otra región en el mundo abiertamente en guerra y eso, por donde se quiera ver, es lamentable.

Por lo que sabemos hasta ahora, se trató de un ataque simultáneo por aire, mar y tierra, perpetrado por la organización terrorista Hamas, que mantiene el control militar y político sobre la franja de Gaza. Es el más brutal y artero ataque contra la población civil de Israel desde su fundación como Estado, en 1948; su respuesta militar no se hizo esperar y, al día de hoy, cuatro días después de iniciado el ataque terrorista, el conflicto ha dejado, al menos, mil 500 muertos. El primer ministro Benjamín Netanyahu fue enfático al declarar que Israel está en estado de guerra y que su respuesta será contundente.

Esto cambia los precarios equilibrios de Netanyahu, tanto internos como externos. En los largos periodos en los que "Bibi" ha estado al frente del gobierno de Israel, las semanas previas al conflicto fueron tal vez de las de mayor impopularidad del primer ministro, empeñado en aprobar una reforma que atentaba contra la autonomía del Poder Judicial. Después de lo ocurrido el 7 de octubre, la comunidad internacional mayoritariamente ha condenado el ataque y respaldado a Israel. La declaración conjunta emitida el lunes por los líderes de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia muestra el apoyo sin ambages que las democracias más influyentes de Occidente, acompañadas de un inmenso segmento de la comunidad internacional, han manifestado a Israel. Muchos edificios y monumentos públicos, en distintas partes del mundo, se han iluminado con los colores y la bandera de esa nación. Sin duda fue de una enorme potencia histórica observar ese respaldo en la Puerta de Brandeburgo.

La gran interrogante que flota en el ambiente es cómo fue posible que uno de los estados que más invierte en seguridad e inteligencia, haya sido sorprendido con un ataque de semejante magnitud y por qué Netanyahu no actuó para evitar la crueldad extrema sobre su población civil.

Y, finalmente, sobre la posición de México, si bien la condena a los hechos por parte de la Cancillería fue enfática y bien medida, no así la descafeinada declaración del presidente, que motivó la airada protesta de la Embajada israelí en nuestro país. Ni hablar de las lamentables maromas de cierto sector de la “izquierda” (MUY entrecomillada) que, lejos de condenar, hasta justificaciones quiere encontrar a los crímenes de guerra y de lesa humanidad que está cometiendo Hamas. El inicio de una guerra es el triunfo de la barbarie frente a la política, la diplomacia y la civilización. Los crueles ataques de Hamas son, en todos los sentidos, terroristas e inhumanos. Punto.