Jacqueline L'Hoist Tapia

#8M

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Cada año, en el Día Internacional de la Mujer, hacemos el mismo esfuerzo por visibilizar que éste es un día que no se celebra y que la palabra correcta es “conmemorar”, que esta fecha surge en honor al trágico incendio en el siglo XIX en una fábrica textil en Nueva York donde murieron decenas de mujeres en un contexto de lucha por mejores condiciones laborales. Muchas de ellas incluso niñas, jóvenes y mujeres migrantes.

Si nos remontamos al siglo XIX, lo primero que se nos viene a la mente quizá será la revolución Industrial y todos los avances que se vivieron en esta época. Tal vez no se nos venga a la mente la lucha feminista que tuvo lugar en ese momento, que es igual de importante, ya que en esta etapa se acentúa la lucha por los derechos laborales y muchas veces no nos ponemos a pensar que, si a los hombres les iba mal, a las mujeres, peor. En este contexto las mujeres obtenían salarios mucho más bajos que los hombres, en muchas fábricas textiles realizaban un trabajo extenuante durante horas, sin poder ir al baño (ni había baños para ellas) o comer, pero además de eso, no tenían derecho a la educación, a un patrimonio, a votar y ser votadas.

Esa situación fue cambiando poco a poco en varios países hasta que se nos pudo reconocer nuestros derechos políticos y laborales. Ya en 1975, la ONU promulgó este día como el Día Internacional de la Mujer de manera oficial y, en este mismo año, tuvo lugar la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en la Ciudad de México, con el fin de establecer objetivos para la igualdad de género a nivel internacional. Antes de que se conmemorara este día, mujeres de varios países empezaron a reclamar mejores condiciones de vida, trabajaban muchas horas por salarios muy bajos, en condiciones precarias y su esperanza de vida era menor que la de los hombres. Cuando empezaban a reclamar el derecho al voto, recibían agresiones y burlas, y lo mismo pasó muchos años después, pero con el derecho al aborto, la eliminación del matrimonio infantil e incluso el reconocimiento del delito de feminicidio. El punto es que la liberación femenina siempre ha estado acompañada de resistencias, pero esto nunca ha significado que nuestra lucha pare, al contrario, sigue y seguirá hasta que consigamos un mundo más libre y justo, en el que quepamos todas y todos sin prejuicios ni estigmas para ser libres.

Cada 8M la ONU escoge un tema para visibilizar. Este año el tema es “INVERTIR EN LAS MUJERES: ACELERAR EL PROGRESO”, la intención es invitar a los gobiernos a invertir en medidas de igualdad de género, que garanticen eso precisamente, un trato igualitario y de igualdad de derechos ante la ley sin distinción, porque esta falta de recursos para la mujer es un problema mundial. Invertir en nosotras desde la infancia nos hará más libres y la libertad nos hará volar.