Jimena Escobar

La pandemia invisible

VOCES DE MUJERES

Jimena Escobar
Jimena Escobar
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Durante años, hemos vivido una pandemia que los políticos han querido hacer invisible: la violencia contra las mujeres. Han sido cómplices por omisión al no actuar contra ella o la han ocultado porque ellos mismos son victimarios. Protegidos por su poder unas veces, y por el miedo de sus víctimas en otras, muchos han actuado en la impunidad, como en una cámara de Gesell, donde ellos pueden verlo todo, sin miedo a que los ciudadanos los observemos de vuelta.

Pero hoy las mujeres hemos logrado visibilizar la desigualdad y la violencia que enfrentamos a diario. Y, como respuesta, contamos con nuevos mecanismos de participación y más garantías de ser respetadas. El 28 de octubre de este año, por ejemplo, el Instituto Nacional Electoral emitió lineamientos que impiden que cualquiera que haya cometido actos de violencia familiar o delitos sexuales sea candidato a un puesto de elección popular.

Las autoridades electorales y los partidos políticos tendrán que probar si es serio este compromiso contra la violencia de género.

La denuncia por violación sexual agravada que interpuso una excolaboradora del aspirante al Gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, y que se dio a conocer en esta semana, será la prueba de fuego.

Éste no es un tema de derechos electorales, sino de derechos humanos; lo fundamental no es lo que pase con la elección en Guerrero, sino lo que provoque para erradicar la violencia contra las mujeres en todo el país.

El caso es gravísimo, porque existe un proceso penal iniciado por una mujer que afirma haber sido víctima de violencia sexual, cuando trabajaba con el aspirante a gobernar Guerrero y que, por atreverse a hablar, habría tenido que exiliarse tras recibir amenazas de muerte contra ella y su familia.

En redes sociales se destaparon intereses, dejaron evidencia del profundo desprecio para con las víctimas de violencia de género. Hubo voces que, por encima de cualquier razón, siempre pusieron por delante la silla de Casa Guerrero.

Solamente la duda vertida en torno a la ramplona pregunta de “por qué hasta ahora”, me hace pensar que las prioridades están en otro lado, alejadas de la realidad que campea en Guerrero.

Evitemos que nuestros representantes sean aquellos que perpetúan la violencia en nuestro país. Hoy recae en el senador Félix Salgado Macedonio la duda y la oportunidad de tener una puerta que se abre para visibilizar la injusticia y rechazar juntos la violencia contra las mujeres.