Jorge Camacho

Arrancan las elecciones del 23

ELUCIDACIONES

Jorge Camacho*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jorge Camacho
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Aunque de manera legal aún no inicia el proceso electoral del 2023 para Coahuila y Estado de México, ya toda la maquinaria está caminando para elegir a las candidatas o candidatos que competirán.

El PRI de Alito debe enfrentar esa aduana y a partir de ahí reconfigurar su posibilidad presidencial. Y me refiero en este escenario al PRI antes qua los dos partidos de la Alianza, porque los dos gobiernos en juego son los últimos bastiones que tiene.

El PRI podría jugar una alianza ganadora en Coahuila, con un modelo parecido al de Durango, con un candidato muy fuerte, que logre convencimiento al voto duro del PAN y que no cometa errores, que se sometiera a una estrategia de aire rigurosa y bien elaborada para enfrentar el embate de Palacio Nacional, que sin duda se va a tratar de apoderar de uno de los estados que no tiene aún alternancia partidista.

La alianza o supuesta coalición debe realizar un trabajo territorial muy cuidado y supervisado, que sin duda se puede lograr con el PRI y el PAN y sin dejar de sumar a un minimizado PRD que alcanza a sumar.

Los de Coahuila no deben dejarse creer que lo tienen todo resuelto con la alianza, pues aún al contar con gobernador en la persona de Miguel Riquelme, nada está definido.

El Estado de México se cuece aparte.

Después del triunfo de Esteban Villegas en Durango, los tres partidos de Va Por México consideran que es el mejor momento para replicar el modelo de alianza ganadora. Yo creo todo lo contrario. Cada campaña tiene su particularidad, cada campaña es diferente y como tal se debe tratar.

El bastión del priismo más fuerte está en el Estado de México, el panismo tiene un muy sólido voto duro, sobre todo en un corredor claramente definido y los perredistas, que casi fueron absorbidos por Morena, aún respiran en la zona oriente.

Lo que tenemos como enseñanza de las elecciones pasadas y es que la mezcla de votos no se da de manera directa y no necesariamente es la solución o, mejor dicho, no se da de manera natural en el territorio.

Mi consideración particular es que en esa elección debe tener varios candidatos de diferentes partidos. Y es que Morena está a la caza de todo lo que se suelte de los partidos y jala ciudadanos que no encuentren identidad clara.

Morena se fortalece, de manera importante de priistas molestos o no representados, los panistas difícilmente votan por el PRI y los perredistas que aún no se van a Morena, esperan a alguien que logre representar sus intereses particulares.

Si la decisión de una posible alianza no es consensada, claramente definida y con extraordinario acuerdo, estará condenada al fracaso.

Mi consideración, después de las elecciones pasadas, con alianzas y conociendo a la militancia de los tres partidos, es que el PAN compita con candidato propio. Enrique Vargas, que tiene un excelente nivel de conocimiento y ya un buen trecho recorrido en toda la entidad.

Que el PRI encuentre a su mejor exponente entre Ana Lilia Herrera o Alejandra del Moral y que recurra a su fuerza territorial juntando fuerza con el PRD que le sumaría en el oriente, y que MC logre una candidatura sólida con Juan Zepeda, que es quien puede restarle a Morena.

Ese escenario garantiza que cada partido juegue con su voto duro y cuatro candidatos garantizan una elección interesante, competida y justa, y la única posibilidad de ganar a Morena.