Josefina Vázquez Mota

Sin libertad económica para las mujeres no hay libertad

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Josefina Vázquez Mota
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Siempre he sostenido y pensado que sin libertad económica para las mujeres, no habrá una libertad real ni una libertad completa.

Las mujeres que siguen por cualquier circunstancia con una libertad económica acotada o parcial, no son suficientemente libres. La libertad económica es la que amplía los márgenes en la toma de decisiones, la que permite enfrentar miedos y superarlos con mayor fortaleza, la que da una independencia única.

Actualmente, la mayoría de edad ya no es cuando cumples 18 años, sino cuando tienes un ingreso que te permite tomar decisiones, lo cual en las mujeres es aún más relevante, porque también es un dique frente a la violencia intrafamiliar o a la dependencia económica.

Ejemplo de lo anterior fueron programas como Oportunidades y luego Prospera, que por medio de transferencias directas con evaluaciones permanentes, demostraron no sólo mejorar las condiciones de vida de las mujeres y sus hijos, sino también bajar los niveles de violencia en contra de ellas.

Somos, como se ha dicho en diversos espacios, quienes menos acceso tenemos a una educación y formación financiera, pese a que en México el 28% de los hogares son encabezados por mujeres, de acuerdo con eI Inegi.

Por eso es que me congratula que en el Senado hayamos avalado una reforma a la Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, para que miles de jefas de familia que son el sustento de los hogares en nuestro país, cuenten con educación financiera con perspectiva de género, en las instituciones financieras.

Porque justamente, durante algunos años escuché decir que la educación financiera sólo debía ser para las mujeres que tenían recursos económicos, nada más equivocado, todas necesitamos educación financiera, particularmente aquellas que se encuentran en condiciones más vulnerables, enfrentan rezagos y requieren mayores herramientas.

Es importante que sigamos haciendo un énfasis especial en que la educación financiera empiece desde edad temprana, que empiece desde que son niñas, que sea algo natural en su proceso educativo, y no hasta los 30, 40 años o más, sino desde pequeñas, para que aprendan a manejar sus finanzas y tengan su propia libertad económica.

Las niñas, que desde pequeñas comienzan a recibir educación financiera, podrán ser parte, en un futuro no muy lejano, del mundo de las finanzas, grandes ejecutivas, liderazgos empresariales, ocupar cargos donde se toman decisiones de poder y dueñas de sus propias empresas.

Datos del Inegi resaltan que en 2018, en México había 1.6 millones de

establecimientos micro, pequeños y medianos (Mipymes), propiedad de mujeres, que emplearon a 2.9 millones de personas.

La educación financiera es una apuesta no solamente a una libertad económica indispensable, sino también, a una educación de carácter integral con visión de presente y de futuro.

En este Senado apoyaremos y acompañaremos que la educación financiera juegue en favor de la libertad económica de miles de mujeres y niñas en nuestro país.

La libertad financiera de una mujer es cuando puede meter la mano a su bolsillo y saber que tiene para gastar, sin tener que pedirle dinero a nadie, sin rendirle cuentas a nadie, ni pedirle permiso a nadie.