De Minecraft y documentos del Pentágono

EL ESPEJO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Cuando se piensa en las grandes filtraciones de documentos clasificados o sensibles de un gobierno, la imaginación podría llevar a imágenes de intrincadas reuniones secretas con espías, hackers o agentes rebeldes. Sin embargo, en la realidad las escenas son mucho más mundanas y hasta desconcertantes. Por ejemplo, una de las vulneraciones más recientes en la seguridad de los servicios de inteligencia de Estados Unidos fue publicada meses atrás, sin llamar mucho la atención, por un joven de 21 años en una red social de entusiastas de videojuegos y armas.

A comienzos de abril saltaron a la opinión pública una serie de documentos clasificados del Pentágono, entre los que destacaban informes pormenorizados sobre la situación en el frente de guerra entre Ucrania y Rusia. Reportes de las entregas de diversos equipamientos militares, análisis de inteligencia producto de la intercepción de comunicaciones o evaluaciones de escenarios y áreas de riesgo en las operaciones actuales del ejército ucraniano hicieron saltar las alarmas de los servicios de inteligencia, pues algunos de los documentos estaban actualizados hasta marzo de este año.

Además de la información bélica, entre la que es notable el nivel de penetración que los servicios de Inteligencia estadounidenses tienen sobre el gobierno y el ejército ruso, también se incluían reportes producto de la intervención de comunicaciones con países aliados como Israel, Corea del Sur o Canadá. Estas revelaciones también han provocado sus propias crisis, pues, por ejemplo, se exponen temas tan delicados como la posible participación del Mosad, la agencia de inteligencia y espionaje israelí, en alentar y azuzar protestas contra el nuevo gobierno.

De manera paradójica, la revelación de una parte de las capacidades de Inteligencia del gobierno de Estados Unidos puso en evidencia sus propias carencias, pues no sólo estos documentos secretos habían escapado de su control, sino que lo habían hecho meses atrás y ellos ni siquiera lo sabían. Entre la fecha en que el gobierno estadounidense tuvo conocimiento de la filtración y que encontraron al responsable hubo un proceso relativamente rápido: los documentos entraron al radar de las agencias de Inteligencia a comienzos de abril y dos semanas después ya estaban en la puerta del responsable: Jack Teixeira, un joven de 21 años especializado en sistemas que trabajaba para la Guardia Nacional en Massachusetts. El problema es que entre que los documentos fueron publicados en línea y las autoridades supieron de su filtración hubo meses de separación.

De acuerdo con diferentes especialistas en seguridad digital, como la organización de periodismo independiente Bellingcat, varios de los documentos filtrados estuvieron disponibles desde enero de este año y algunos otros desde mediados del 2022. Los documentos fotografiados por Texeira fueron publicados en Discord, una red social usada mayormente entre entusiastas de los videojuegos, en un pequeño grupo donde se discutían temas de Minecraft, armas y un comediante filipino en YouTube. La información eventualmente fue replicada en foros de discusión como 4Chan y de ahí apareció en grupos de Telegram, donde los grupos prorrusos fueron los primeros en difundirlo masivamente. Sólo hasta ese momento el gobierno estadounidense se enteró. Así, con una combinación de fascinación y terror hoy sabemos que los gobiernos tienen muchos ojos, pero también muchos puntos ciegos que ni siquiera saben que existen.