Mauricio Flores

Los 8 años para concluir el Tren Maya

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El problema técnico más grave del Tren Maya, a cargo de Javier May, se llama balasto. Uno de tantos, como el conflicto legal, ambiental y de exclusión de los propietarios de tierra.

A la salida de Grupo México de Germán Larrea del Tramo 5 Sur del Tren Maya, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hay quienes creen que el decreto presidencial de obras de “seguridad nacional” bastará para que la terca realidad se troque en las promesas ofrecidas…, aunque de momento en ese tramo selvático no hay obra alguna que pueda retomar el Ejército mexicano y por ello se recurre a empresas privadas para los estudios de prospección que debieron realizarse dos años atrás.

Los trabajos de previsión en mecánica de suelos, hidrología, ingeniería civil y ambiental encargados por ahora a Indi, de Manuel Muñozcano; ICA, de David Martínez; y Mota Engil, dirigido por Joao Parreira, son un indicador de la enorme improvisación con que la administración de May intenta sacar adelante el proyecto que abordó en base a una perspectiva político-electoral y olvidar “detallitos” como, por ejemplo, que la distancia de las minas de las piedras balasto requeridas para la estabilización de terraplén, vías y durmientes, está a 800 kilómetros de cualquier frente de trabajo del Tren Maya y que, bajo el actual sistema y equipamiento de carga y reparto, tardaría 8.3 años en abastecerse si todo sale bien… o sea lo que falta del actual sexenio y el que viene.

Aquí la explicación numérica obtenida de expertos ferroviarios que están cerca del Tren Maya.

El general “Pirri” en Puerto Progreso. Este lunes Fonatur anunció con bombo y platillo la construcción del Muelle Beacon en Puerto Progreso para recibir hasta 20 mil toneladas de piedra balasto y transportarla a los frentes de trabajo del Tren Maya. Parece mucho…, pero se necesitan 5.2 millones de toneladas de ese material para evitar colapsen los ferrocarriles. Sin embargo, el asunto se pone más complicado para May cuando se calcula la velocidad de embarque, traslado de punto a punto y de camiones de 30 toneladas.

La conclusión primera es que 20 mil toneladas, convertidas a metros cúbicos lineales en un sistema de doble vía, equivale a que el Muelle Beacon sólo tiene capacidad para dotar 3.6 kilómetros lineales… o sea el 1.1% de cada uno de los tramos del Tren Maya.

Pero aquí viene lo más difícil: se requieren 476 megacamiones de 30 toneladas trabajando continuamente jornadas de 8 horas para llevar a los frentes de trabajo (recorriendo en promedio 150 kilómetros de ida y otro tanto de vuelta) esas 20 mil toneladas, lo cual significa 22 días calendario, o sea un mes en días laborales. Esto, suponiendo que no hay congestionamiento en el nuevo muelle, ni mal tiempo, ni que se descomponen los camiones o hunden las barcazas.

Multiplicado por los 1,500 kilómetros del Tren Maya, si se mantiene la misma capacidad del Muelle Beacon y los ritmos de la misma cantidad de camiones de volteo, implican 100 meses para mover todo el material requerido… o sea 8.3 años.

El anuncio de Fonatur de este lunes es, por tanto, una victoria pírrica.

Y eso, si todo sale bien. Se puede aumentar esa productividad con más inversión en otros muelles y más equipos de acarreo (con su respectivo impacto ambiental en las costas y caminos), lo que implicará inflar un presupuesto que sigue inflándose y reduce la Tasa Interna de Retorno requerida para la obra pública. Esto es posible en un mundo ideal… a menos que sucedan cosas como la que recién le sucedió a Carso Infraestructura en el Tramo 2 del proyecto.

Y es que ya se sabe que Sener Infraestructura, el ingeniero maestro del Tren Maya que dirige Jorge Sendagorta, y el operador sombra Mextypsa, de Pablo Bueno, determinaron que el balasto de Carso (almacenado en Pomuch) no cumple las especificaciones técnicas. Los técnicos de Carlos Slim reportan que llevan la piedra de “el mismo lugar que los demás”; es decir, de Balzapote y Motzorongo, Veracruz. Entonces, ¿la vital piedra del mismo sitio sirve para unos y no para otros?

Vaya lío. Y es sólo uno de tantos.