Los fallidos rombitos gatellianos

El análisis de marcas que realizó en México la firma de investigación de mercados Kantar, que conduce Fabián Ghirardelly, confirmó que los alimentos y bebidas que fueron señalizados con el fatídico etiquetado negro (altos en sodio, azúcares, grasas), se mantienen en la más alta preferencia de los hogares mexicanos y tienen una perspectiva positiva, pues conforme a estadísticas de Información Sistematizada de Canales y Mercados (Iscam), que dirige Francisco Rascón, las ventas en las tienditas y abarrotes crecieron 4.5% anual entre enero y mayo del 2021.

En suma, la herramienta principal —el miedo— del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, para abatir la obesidad y la malnutrición, no registra resultados en patrón de consumo. Eso sí, a la industria ya le cuesta 19 mil millones de pesos acatar la medida.

De acuerdo con Kantar —citado originalmente por Forbes— el producto de mayor penetración (97.7%) en los hogares mexicanos son bebidas Coca-Cola, de la firma que dirige Roberto Mercadé, seguidos por los panificados y golosinas Bimbo, de Daniel Servitje, y en tercer sitio va Lala, de Eduardo Tricio. En tanto que Iscam registra que se mantiene firme la demanda por los favoritos en los changarritos: azúcar a granel, galletas Marías (Gamesa-PepsiCo, que lidera Paula Santilli), sopas Maruchan, mayonesa McCormick con limón (del Grupo Herdez, que encabeza Héctor Hernández Pons), Electrolit de Pisa, de Carlos Álvarez, Coca-Cola y refrescos en general, atún Dolores, leches condensadas Carnation y La Lechera (Nestlé, que aquí lleva Fausto Costa), aceite Nutrioli (Ragsa, de Eduardo García) y sopas La Moderna, de Luis Miguel Monroy.

Ni la desaparición forzada del Osito Bimbo o de la Abuelita, aplaudida por los adeptos de Gatell —como Alejandro Calvillo, del Poder del Consumidor—, del destierro de Melvin o el fusilamiento sanitario de los aspiracionistas Chester Cheetos y Pancho Pantera, modificó los hábitos de consumo.

Ello sólo sucede con educación persistente, alternativas concretas de alimentación y actividad física, pese a las restricciones de Covid-19.

UNOPS: Los pibes en la oscuridad. En las prisas (que para evitar que el Insabi, de Juan Ferrer, le cancele el contrato) la UNOPS, de Grete Faremo, realizó toda esta semana jornadas agotadoras para asignar 530 claves médicas a diversos laboratorios para demostrar que cumplen en el suministro público de salud y así taparle “el ojo al macho”. Vaya, UNOPS sólo presenta el valor global de los contratos —no todos— sin volumen de compra y, por tanto, sin precio unitario. O sea que por ahora no hay manera de comprar precios previos y demostrar que lograron ahorros… precisamente por lo que el Gobierno de México contrató a la UNOPS y con ello al Club de los Pibes, que lleva Giuseppe Mancinelli. Pero donde la oscuridad es total de la UNOPS es en las casi 500 claves de material de curación, donde no se conoce contrato alguno.

Salazar, cuentas SAT. El recién reelecto presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, está por llevarse un autogol en su propia cancha: que el SAT, a cargo de Raquel Buenrostro, hará en breve una serie de requerimientos millonarios de pago de impuestos que no fueron saldados conforme a la ley por FEMSA dentro del periodo en que Salazar Lomelín fue director general de la firma regiomontana. Tal vez por ello el hoy líder empresarial se mostró tan a molesto a la publicación de las tasas efectivas de ISR que pagan los grandes contribuyentes.

Aeroméxico, estreno y arcoíris. Para algo sirve el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EU: para que las empresas viables, pero que pasan momentos acuciantes, salgan adelante con un nuevo plan de negocios. Aeroméxico, al mando de Andrés Conesa, extendió 76 días naturales la presentación de su plan de negocios bajo esta reestructura de pasivos, aplazamiento aceptado por la jueza Shelley Chapman de NY. En el ínter, Aeroméxico potencializa el uso de los dos recién llegados B-737 Max en la ruta CDMX-Monterrey… aviones que reducen en 16% las emisiones de CO2 por pasajero. De pasada, para celebrar el “Día Internacional del Orgullo”, un 737 Max 8 se pintó de arcoíris.

Crujen radicales. Primero Irma Eréndira Sandoval, defenestrada de la SFPU; ahora sale el “todo poderoso” Gabriel García deja la Coordinación de Super Delegados Estatales de la 4T. La razón es la misma: “ya tenían hasta el gorro al presidente”, es decir que se movían con agenda propia, ajena a la de Palacio Nacional, buscando su beneficio político -y pecuniario- que derivó en que Morena no fuera la aplanadora que esperaban fuera el pasado 6 de junio. Son ya tres elementos del ala radical que crujen cual loza de Línea 12.

Guerras de la libertad. Mañana, por ADN40, el 3° de cinco capítulos sobre mujeres periodistas cuyo desempeño frente la discriminación, el machismo y acoso es todo un ejemplo de dignidad y valor.