Tren Maya: la lejana estación de Elon Musk

GENTE DETRÁS DEL DINERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Nadie sabe a ciencia cierta cuál es la razón por la cual Fonatur, a cargo de Javier May, decidió que la Terminal del Tren Maya de Cancún quedara a poco más de un kilómetro lineal de distancia del Aeropuerto Internacional de Cancún (y a 5 kilómetros a través de la carretera 307 y luego un ramal secundario); al punto que como colofón y chunga en torno al arribo de Tesla en Nuevo León, Andrés Manuel López Obrador invitó a Elon Musk a invertir en el corredor que conectará la estación ferroviaria a la estación aérea, pues es mucha la distancia que los separa.

Hay quien especula que la razón de que el trazo no consideró una integración tren-avión más cercana fue porque el Gobierno federal no quiso “caer en la red de intereses” (podemos agregar oscuros, neoliberales, probablemente conservadores) de Fernando Chico Pardo para engordar el negocio de Asur que, entre sus activos, posee el segundo aeropuerto más importante de México y el hub de conexión a Europa, Costa Este de Estados Unidos y Sudamérica.

Si ésa fue la razón, mala apuesta al “complotismo”: bajo el sol ardiente del trópico, con familia y jalando maletas quién sabe cuántos turistas estén dispuestos a recorrer el trayecto (incluso si está cubierto) para cambiar el modo de transporte; un camino subterráneo en una zona de cenotes, además de la complejidad técnica, implicaría amortiguar la humedad existente bajo tierra; y, bueno, un transporte eléctrico de bajo impacto ambiental quién sabe si esté en el ánimo de Elon Musk ofrecerlo a “precios del bienestar”.

Claro, estará la opción de que ese mercado sea dejado en manos del siempre cordial Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo, que lidera Rubén Carrillo: los viajeros gozarán de precios exorbitantes, abusos y hostilidad hacia quienes usan Uber o Didi —y sus conductores— como todo un plus del turismo de aventura.

La estación Cancún, ejecutada por ICA de David Martínez, ya no será ese centro de negocios, servicios, espectáculos y de hasta Fórmula 1 que se diseñó hace 5 años; tendrá un hotel administrado por Sedena, así como cuarteles y zona habitacional para militares. Y de forma interconectada estarán los patios de maniobra y talleres que deberán —sí o sí— estar operando en julio próximo.

Ya le cuento.

AIFA, intenso despliegue de carga. Pasados los gritos y sombrerazos de las aerolíneas cargueras que por un año se hicieron guajes para mudarse del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el movimiento de aviones dedicados a esa tarea registra un crecimiento acelerado y consistente.

Desde que inició la operación de carga hasta el viernes pasado, se registraron en el aeropuerto, a cargo del general Isidoro Pastor, 906.9 toneladas transportadas, de las cuales 594.9 toneladas fueron importaciones y 312 toneladas de exportaciones. Los recintos fiscalizados han tenido más de 400 operaciones a través de “mercancía en tránsito”, es decir, de la que va y viene entre el AIFA y el AICM para consolidar los volúmenes transportados.

Pero lo más interesante es lo que se pronostica sucederá a finales de este mes: la estimación es que se moverán 1,495 toneladas (1,170 toneladas de importación, 325 toneladas de exportación); es decir, que se agregará 65% más de carga de lo previamente registrado en esos recintos…, pero también habrá que agregar las 630 toneladas de importaciones que DHL, la firma global de carga al mando de Oscar Bok, tiene previsto realizar este mes de marzo. Es decir, el volumen total se habrá expandido 134% para sumar 2,125 toneladas.

La llegada de DHL con 6 operaciones semanales y las 3 operaciones semanales de China Southern, que dirige Wangeng Tan, están mostrando la guía para que las naves cargueras aceleren su traslado de unas abigarradas y ya saturadas instalaciones en la CDMX hacia el polígono de Santa Lucía.

La More, pesca y problemas sin resolver. El primer Fishing Show, organizado por Polina Kulikova y por María Ostrovskaia, está logrando su objetivo central: acercar a los pescadores independientes de Costa Capitán de Cancún a los prestadores de hotelería y gastronomía en el eje del turismo internacional y nacional de México. En ese acercamiento de la cadena de valor también empiezan a visibilizarse los problemas de falta de apoyo, informalidad, abuso y burocracia que afecta a los pescadores. La More (su nombre de pila es Verónica), el Profe Luis Felipe o Don Benjamín, son parte de un grupo de decenas de pescadores desilusionados de las cooperativas (cascarones que poco representan) y de los partidos políticos que sólo les visitan en época electoral. Ya les platicaré.