Mauricio Leyva

Un mexicano más

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Sí, dejaría a un lado el camino de las prohibiciones: “No hagas”; “No digas”; “no vayas”; No vengas”… 

Ahora, pensaba, haré lo contrario, ésa será mi venganza 

Un mexicano más, Juan Sánchez Andraka.

Juan Sánchez Andraka es un escritor vivo, originario del estado de Guerrero y considerado uno de los escritores más leídos en la actualidad. Es un promotor incansable de la cultura, del arte, pero sobre todo de la literatura. Organiza ferias itinerantes de libros en una entidad azotada por la violencia y lo mismo se le puede ver en la Montaña alta de Guerrero que en la región de la Sierra, Tierra Caliente, en las costas, en la zona norte, en la zona centro o en los caminos rurales de Chilapa. Él llega con los libros a donde no se atreve a ir nadie; edita y publica a veces de su peculio, el cartel Así somos…, el compendio más importante de la memoria histórica, política y social de la rebelde entidad suriana, junto con la Enciclopedia Guerrerense.

Juan Sánchez Andraka también es dueño de una librería y publicó por varios años a los autores independientes, es autor de una vasta producción literaria entre las que destaca Un mexicano más, novela que evidencia la corrupción del sistema educativo de nuestro país al mismo tiempo que denuncia la capacidad destructiva de las contradicciones sociales, familiares, religiosas y políticas. Fue publicada por vez primera en 1966 por la editorial Costa Amic y lleva más de 60 ediciones colocándose como una de las más leídas en México, tan es así que la historia fue llevada al cine en 2010. La trama es potente en su contenido y posee un lenguaje que ha sabido conectar con distintas generaciones de jóvenes, su protagonista es Antonio de 16 años y el escenario se ubica en la provincia. Él tiene sueños, ambiciones, quiere estudiar, superarse y encuentra en un joven maestro, limpio y comprometido con su vocación, el arquetipo del deber ser. Sin embargo, su percepción comienza a verse corrompida por el político del pueblo, un sistema educativo que enfrenta a quien sabe hacer las cosas bien.

La postura digna del joven maestro es la representación de la moral, de la integridad que incomoda y que es rechazada por un sistema en descomposición en donde todo es aceptable, menos señalar las deficiencias. Los diálogos y las reflexiones son duras, agudas: “Al diablo la escuela y al diablo el uniforme. Yo envidiaba a los albañiles, a los panaderos, a los cargadores. Ellos no estudiaban”, se puede leer en uno de los diálogos y quizás uno de los que mejor colocan la discusión sobre la religión es el siguiente: “A Dios le tengo miedo, le tengo terror ¿Cómo le puedo querer? Sinceramente, si los domingos voy a misa, si a veces me confieso, es para que no me castigue ni él ni mi mamá”.

En el desarrollo de la historia, el escenario de Un mexicano más da lugar a la corrupción policiaca, al abuso de la autoridad moral que de paso se podría decir, carece de toda moralidad en uno de los episodios en que se narra.

Con el manejo de un prosa limpia, intencionada y cuyo desenlace va de una vuelta de tuerca a otra, la novela del maestro Juan Sánchez Andraka ha logrado establecer una conversación profunda, íntima y sin lugar a dudas real, dolorosamente real de varios temas vigentes en un México, que a diario coloca a miles de jóvenes en la vital encrucijada de salir adelante, de triunfar, de luchar por sus sueños o de simple y sencillamente, convertirse en Un mexicano más.