Mauricio Leyva

La presentación de las personas en la vida cotidiana

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El individuo en un evento social es como un actor en el escenario: Ambos representan un papel frente a una audiencia.

Erving Goffman.

Descifrar la identidad propia, la ajena o la colectiva, su psicología y movimiento es un reto que involucra distintas miradas sobre el sujeto o los sujetos que se estudian. El sociólogo considerado como el padre de la microsociología, Erving Goffman (1922- 1982), tenía una conciencia clara al respecto, la prueba de ello es La presentación de la persona en la vida cotidiana, obra publicada en 1959, en la cual reivindica el por qué se le atribuye el concepto de la presentación del yo y hace una reflexión sobre cómo se construye el individuo sobre tres aspectos que a mi parecer son interesantes: la naturaleza histórica y no esencialista, las convergencias que influyen y determinan el modo de relación de la persona con el mundo así como los giros, los aspectos interiores del hombre y sus subjetividades.

Su metáfora similar a la teoría aristotélica, coloca en ellos la formación social del individuo y su identidad como un modo de conducta imitativo, casi estereotipado en el cual el individuo no deposita confianza en sus actos, ni le interesa la creencia del público, lo llama cínico e inicia un análisis sobre las máscaras que usamos para ir ajustando nuestra conducta y modos de relación de acuerdo a lo que vemos y reproducimos, influyendo esto en la construcción de una sociedad cuya realidad es el resultante de los procesos de interacción que determinan la Identidad. Por estas agudas reflexiones sobre la conducta humana, no nos sorprende que fundamente su visión en análisis como el siguiente: la forma en que nos presentamos a nosotros mismos en sociedad define la forma en que somos percibidos y tratados por los demás. En este sentido también se le atribuye a Goffman la concepción de la “dramaturgia social”.

Una de las varias ideas que resultan interesantes para su estudio es la vinculación que realiza cuando afirma que primero somos individuos, logramos un carácter y después somos personas. En este secuencia coloca a la persona como el resultado de un proceso casi evolutivo en el cual, primero nos definimos y después somos personas y con ellos brinda mayor prioridad a la Razón y al conocimiento que a la persona misma. De hecho su frase: el desempeño exitoso de un rol social implica la capacidad de mantener una fachada coherente y convincente en todo momento, es una de las de mayor vigencia en la actualidad ya que no sólo es sintomática de la conducta social moderna sino recurrente en casi todas las sociedades del mundo.

El autor también de la obra Estigma: la identidad derrotada. En su célebre libro La presentación de la persona en la vida cotidiana establece que el individuo surge primero de la conciencia de lo que somos, de quiénes somos y de qué aspiramos a ser.

La parte central de la construcción de la Identidad es el proceso en sí mismo. La presentación de las personas en la vida cotidiana es una lectura obligada para las sociedades modernas, estos preceptos: El comportamiento humano está altamente influenciado por las normas y las expectativas sociales, retratan la conducta y las contradicciones del hombre mientras su idea: la interacción cara a cara es fundamental en la construcción de la realidad social se enfrenta a los retos de las herramientas tecnológicas, las cuales rebasan los medios tradicionales.