La polémica Brigada Marabunta…

GENTE COMO UNO

MÓNICA GARZA
MÓNICA GARZA
Por:
  • Mónica Garza

Son como “hormigas guerreras”, cuya naturaleza les impide permanecer inmóviles y su instinto las dirige hacia incursiones de alto riesgo, siempre en grupo, haciendo todo lo posible por acabar con su presa… Su objetivo es la paz, o al menos es lo que predica la Brigada Marabunta.

La Asociación Civil Espacio Libre Independiente Marabunta nació en el año 2000, “en el barrio” como lo describe Miguel Barrera, su fundador y se trata de la colonia Gabriel Hernández, conocida entre los chilangos del norte como una zona “pesada”, entre las escaleras y callejones que forman el cerro de Santa Isabel Tola.

“De mi generación quedamos muy pocos vivos y ahí empezamos a tener los primeros ejercicios de mediación, interrupción de la violencia, había que meterse en medio de los compas que ya se estaban agarrando”, me cuenta Miguel durante una conversación.

Toda esa vivencia para sobrevivir se fue organizando y sistematizando, hasta aplicarse en situaciones críticas como la vivida en 2008 en la discoteca News Divine, donde 12 jóvenes murieron por asfixia.

Brigada Marabunta fue uno de los grupos que desde el sentimiento ciudadano, acompañaron a los padres de las víctimas, lo que les valió su primer reconocimiento y luego en 2010, el tercer lugar en el programa Iniciativa México.

Pero fue el 1 de diciembre de 2012, durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, cuando esta brigada tuvo su primera intervención en una manifestación masiva y muy violenta, con el objetivo de ser mediadores para la paz.

Desde entonces van vestidos de rojo a cada marcha, protesta o movilización, apoyando labores de protección para todos los que participan, sin bando, sin tendencia o color de partido político. “Nuestro único interés es el amor” me dice Miguel y hasta se ríe…

“Le cuesta mucho a la gente entender cuando hablamos de amor, pero eso es. La fibra ética de todo lo que hacemos está basada en el amor, no hay de otra porque si no, no entenderían por qué ponemos el cuerpo. Amamos a la gente, amamos la persona” y me sostiene su mirada penetrante…

Marabunta también interviene en la búsqueda de personas desaparecidas, para lo que recorren caminos sinuosos en muchos aspectos y la preparación para ello no es nada sencilla.

Me cuenta que practican en un lugar llamado La Roca, un espacio cultural que han construido con el tiempo, y donde se capacitan en materia de primera atención para actuar en escenarios de conflicto.

Para los 56 voluntarios que la conforman, Brigada Marabunta es una familia y las puertas están abiertas para todos, pero sólo aquellos con una convicción real son ingresados de forma “oficial”.

Por eso la selección tiene entre otras consideraciones el acercamiento con sus familias, saber ¿quiénes son?, ¿cómo piensan?, ¿a qué pertenecen?:

Integrantes de la Brigada Marabunta, en una foto de archivo.
Integrantes de la Brigada Marabunta, en una foto de archivo.Foto: Tomada de Twitter

“Para nosotros es bien importante saber quién es su papá, su mamá… Nosotros no tenemos nada que ocultar, ni nada que puedan aprovechar, todo está a la vista; más bien nosotros nos metemos mucho con su familia”.

Defensa personal, primeros auxilios y contención física de alto impacto, es parte la preparación que tienen los miembros de esta brigada. Reciben un entrenamiento profesional al año que les es donado, pues el costo es elevadísimo para este tipo de prácticas, mientras tanto replican el conocimiento con los miembros que se van sumando.

Pero la adrenalina no lo es todo para esta iniciativa ciudadana, porque su labor va desde la contención de la violencia en una movilización masiva, hasta agarrar la escoba y el recogedor para ayudar a aquellas mujeres cabeza de familia, que se pasan días enteros en los dolorosos trámites para buscar a un hijo desaparecido, y lo que menos les queda es energía para limpiar su propia casa. Ahí también está la Brigada Marabunta.

No se conciben a sí mismos como “pacifistas”, pero sí como pacificadores, como constructores de paz, aun con los riesgos que su trabajo implica al ser muchas veces no sólo incómodos, sino blanco de ciertos grupos criminales que ya les han hecho saber que los tienen en la mirilla.

Dicen que su siguiente paso será llevar la brigada al interior del país para seguir trabajando en extender su filosofía, ahora que los tiempos están más convulsionados que nunca en México, la sociedad más dispuesta a salir a las calles a protestar —con Covid-19 o sin él—, y en un clima político denso, polarizante y lleno de disfraces.

Van alborotadores de “humanistas”, resentidos de “conciliadores”, violentadores de “pacifistas”, ultaconservadores de “progresistas” y en medio de todo eso, grupos como la Brigada Marabunta buscan válvulas de escape… como tantos…