Argentina: esperanza y desesperación

POLITICAL TRIAGE

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Es un hecho. Javier Milei será el próximo presidente de Argentina. El pueblo lo ha favorecido con una victoria contundente sobre el candidato oficialista, Sergio Massa. Con 55.7% de los votos, el candidato liberal libertario abre un nuevo capítulo de la política argentina que por décadas se definió en torno a la sombra del peronismo. Hoy, los argentinos han dicho no a ese pasado y se lanzan a un camino de pronóstico reservado confiando en un economista que tiene más experiencia en medios que en gobierno. El cambio llegó basado en la esperanza de un futuro mejor.

La clave de la victoria en segunda vuelta de Milei está en buena medida en el apoyo de la centroderecha, encarnada en el expresidente Macri y en la candidata Bullrich, tercera en la primera ronda. Así, la oposición a la izquierda se solidificó y respaldo a un Milei que atenuó su discurso tratando de tranquilizar a los votantes moderados que temen a la radicalidad de sus propuestas. Sin embargo, habrá que ver si esta moderación sólo fue una estrategia de campaña y si, efectivamente, respeta a este grupo que le ha dado la presidencia.

Será interesante ver cómo plantea Milei los primeros meses de su gobierno, puesto que también es cierto que los votantes jóvenes se sintieron atraídos por su figura justamente por ser disruptivo y radical. Así, estará entre dos frentes, la derecha moderada y la juventud que lo votó por ser un personaje ajeno al establishment y que busca romper con “la casta política”.

Milei se suma a la oleada de políticos populistas radicales que llegan al poder basados en propuestas radicales de compleja aplicación y que rompen con todas las formas políticas existentes. Trump y Bolsonaro son ejemplos de lo anterior y con ellos los resultados fueron agridulces. El gran problema de este estilo de gobierno es que no deja de ser una campaña constante, lo que provoca una polarización y división en la sociedad que afecta de cara a la cohesión necesaria para luchar por el bien común y apoyar un proyecto de gobierno dejando atrás la crispación propia de las urnas. Esperemos que Milei sepa dejar atrás su personaje de campaña y busque una unificación del pueblo

que ahora representa.

Si bien lo dicho anteriormente explica la llegada de Milei a la presidencia, el factor principal es la crisis económica y social que vive Argentina. La pobreza y la hiperinflación han puesto al pueblo entre la espada y la pared, y han optado mayoritariamente por el cambio… sea como sea. Entre la esperanza y la desesperación, Milei ahora tiene la responsabilidad de sacar de la pobreza a millones de personas. Esperemos que esté a la altura de lo que merece un pueblo argentino que ya ha sufrido demasiado por presidentes

megalómanos y corruptos.