Montserrat Salomón

Los últimos días de Biden

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos están cada vez más cerca. Por el lado del Partido Republicano, los precandidatos que tratan de darle batalla a Trump no levantan en las encuestas, dejando al expresidente con un sólido primer lugar. Mientras tanto, la apuesta del Partido Demócrata de apoyar la aspiración de reelección del presidente Biden pinta cada vez más riesgosa.

Trump, con 90 cargos penales a la espalda, podría colocar al sistema electoral estadounidense en el caso inédito de tener como candidato a la presidencia a un criminal convicto. Sin embargo, esta situación, lejos de alejar a sus votantes, parece aglutinarlos en torno suyo al percibirla como un ataque político.

Considerándolo ya el candidato presidencial, en las últimas encuestas Trump adelanta a Biden en estados clave como Iowa. Así, se proyecta una derrota del presidente frente a un Trump que ha estado más defendiéndose en tribunales que en ruta de campaña. La situación es alarmante para el partido en el poder que, ante la falta de líderes fuertes en sus filas, ha depositado la confianza en un candidato que cuenta más de 80 años y que parece que ya le ha dado al país todo lo que podía dar.

Biden cumplió con su cometido al regresar a la palestra y derrotar a Trump en su intento de reelección. Parece mentira que en los siguientes años los demócratas hayan sido incapaces de preparar la siguiente candidatura que refrescara su imagen y le diese pelea a Trump. Esto en sí mismo es ya un sonoro fracaso.

Así, mientras Trump usa los juicios en su contra para fortalecer su narrativa de la cacería de brujas y movilizar a su base, Biden entra en una recta final de su mandato llena de obstáculos. La guerra en Ucrania y ahora la guerra en Gaza no sólo implican presiones presupuestales para el presidente, sino que lo ponen en una situación política y diplomática compleja. Muchos votantes ven con malos ojos que se gaste tanto dinero en conflictos al exterior, mientras al interior se vive una crisis de migración aguda que se prometió atender.

Biden está entre la espada y la pared en el tema migratorio ya que es la bandera visceral favorita de Trump, mientras que en el país hay 9.6 millones de vacantes que no han podido llenarse y que podrían apoyarse en las visas temporales de trabajo que el presidente prometió agilizar. Biden sostiene la idea de que la migración es necesaria para complementar la fuerza laboral estadounidense, pero parece temeroso a dar los pasos necesarios para darle papeles temporales a los millones de migrantes que están ya en territorio estadounidense y que quieren trabajar, pero están siendo forzados a esperar con las manos cruzadas. Es un dilema que refleja indefinición que puede costarle la presidencia.