Montserrat Salomón

La encrucijada de Reino Unido

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Reino Unido es uno de los países más ricos del planeta; sin embargo, ahora enfrenta una encrucijada que va dejando a sus habitantes sumidos en una crisis que pone en jaque la estabilidad del gobierno del primer ministro, Rishi Sunak. Desde la puesta en marcha del Brexit, la inestabilidad ha sido la norma. Posteriormente, la pandemia y la guerra en Ucrania han dado otra vuelta a la tuerca que atenaza el día a día de los ciudadanos ingleses.

Los números son alarmantes. Reino Unido será la única economía dentro del G-7 que se contraiga en este año. Además, la inflación se ha descontrolado llegando a un alarmante 11% a finales del año pasado. Son las peores cifras en cuatro décadas. Estos fenómenos golpean duramente los bolsillos de los trabajadores, que han empezado a manifestar su descontento con huelgas en las que exigen un aumento al salario. Sin embargo, el gobierno de Sunak se ha negado, puesto que calcula que esto terminaría por desbocar la inflación, cerrando un círculo vicioso en la economía.

Otro factor que pone presión es la falta de mano de obra en el país. Desde el Brexit, los trámites para los europeos que buscan trabajo en Reino Unido se han complicado, por lo que un gran número de personas ha preferido encaminarse a otros destinos. Si a esto se suma el envejecimiento poblacional y la deserción laboral enmarcada en la pandemia que no se recuperó al término de la misma, vemos la gran presión que hay en las cadenas de producción y en los servicios en varias industrias de la región. Así, la consecuencia está en anaqueles vacíos y escasez de productos.

Si bien hay factores que no están en las manos de los británicos, las barreras y la burocracia son efectos del Brexit. Reino Unido es, en buena parte, el autor de su propia caída. Del mismo modo, es el mismo Reino Unido el que se ha colocado en una posición altamente vulnerable en cuanto a la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania. Rusia llevaba años mostrando sus intenciones y el país no tomó las previsiones necesarias para contrarrestar su extrema dependencia del gas ruso. Así mismo, tampoco tomó las medidas necesarias para eficientar su consumo energético. En cambio, su gobierno se entretuvo en luchas intestinas y en escándalos pos-Brexit que en nada ayudaron cuando fenómenos internacionales como la guerra y la pandemia golpearon sin misericordia a su economía.

La administración de Sunak enfrenta sus horas más oscuras. Hace tiempo que Reino Unido clama por un primer ministro que sepa equilibrar la disciplina con la empatía. No es un escenario sencillo y requerirá de voluntad política y confianza de la gente. Lamentablemente, el circo de la política británica no ha hecho mucho para ganarse ese voto de confianza.