Montserrat Salomón

El G-7 apoya a Ucrania

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Aquellos que pensaban que la invasión de Rusia a Ucrania iba a terminar con una rápida victoria de Vladimir Putin se equivocaron. La guerra se extendió y ni el crudo invierno pudo congelar el corazón de los ucranianos que luchan por su territorio y libertad. Hoy, hay quien se atreve a apostar lo contrario, a una rápida contraofensiva que termine con una humillante derrota rusa. Sin embargo, me parece que el escenario tampoco será ése y que tendremos guerra para rato.

El apoyo de Occidente a Ucrania, principalmente Europa y EU, ha sido definitivo. Sin el armamento y el apoyo económico, Ucrania habría perdido la batalla hace meses. Al mismo tiempo, los países aliados mostraron su rechazo a la invasión con sanciones económicas a Rusia que pretendían mermar sus capacidades bélicas y disuadir a Putin de continuar con su sueño imperialista. La apuesta del mandatario ruso estaba fincada en el crudo invierno europeo y en la gran dependencia energética que tienen varios países al gas ruso. El invierno vino y se fue, sin doblarle las piernas a Europa, que demostró tener recursos para independizarse de Rusia. Este revés posibilita el alargue de la guerra y ha animado a Occidente a renovar los bríos en apoyo a Ucrania.

Con la entrada del verano, el presidente Zelenski ha vuelto a salir al mundo a reforzar su estrategia diplomática. Al mismo tiempo, Putin ha recibido acusaciones legales que le impiden el ingreso a otros países por el riesgo de ser arrestado. En estos días, Zelenski fortaleció su alianza con Occidente al presentarse en la cumbre del G-7, en la que logró un acuerdo importante para el futuro de la guerra: la entrega de aeronaves F-16 por parte de EU y el entrenamiento especializado de sus pilotos de guerra. Este nuevo apoyo, sumado a los tanques recibidos en meses pasados, podría ser el punto de inflexión de la reconquista de los territorios ocupados. Además, esta muestra de apoyo manda un mensaje a Putin: no hay desgaste en Occidente por la guerra, el apoyo sigue firme y decidido.

Este movimiento en el tablero bélico presiona a los países que han rechazado la invasión, pero que no han querido unirse a las sanciones contra Rusia. Tal es el caso de India, invitada al G-7 y que recibió presión por parte del grupo para sumarse a la iniciativa. India tiene fuertes lazos comerciales con Rusia y ha tratado de mantenerse al margen, aunque la presión va en aumento.

Por su parte, China tendrá que reajustar su estrategia puesto que apostaba por la necesidad de Ucrania de negociar la paz conformándose con la pérdida de los territorios ocupados como un mal menor. Sin embargo, los equilibrios de la guerra ahora parecen favorecer a Ucrania y China vuelve a quedar en medio como un actor clave e indeciso.