Montserrat Salomón

Harris visita la frontera

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
Montserrat Salomón
Por:

Kamala Harris, vicepresidenta de EU y encargada de la estrategia para solucionar de raíz la inmigración hacia nuestro vecino del norte, hizo por fin su tan esperada visita a nuestra frontera norte. Harris tiene ante sí una tarea imposible, aunque lograra contar con los recursos y la voluntad política tanto en su país como en los países de origen de los migrantes, la solución no tendría efectos visibles hasta dentro de varios años. El desempleo, la pobreza, la corrupción, la violencia, el crimen organizado… no son cosas que se borran de un plumazo. Si se dedica a hacer este trabajo, pasará sus años en el cargo entre críticas y presiones de ambos lados del pasillo.

El primer paso era obvio y alentador: restaurar las relaciones dañadas por la presidencia de Trump. Sendas visitas a Guatemala y México le permitieron sentar el tono de la nueva administración. Estrechar manos y prometer cooperación. Risas, sonrisas y un enfático “no vengan”, dirigido a los migrantes que dejó ver que, si bien el gobierno de Biden no presenta las arbitrariedades de su antecesor, la orden de capturar y deportar sigue en pie. Si alguien pensaba que la entrada de la nueva administración implicaba una apertura de fronteras –como tontamente insinuaron los republicanos— estaba muy equivocado.

Ahora se acabó el trabajo fácil y Harris tuvo que poner sus pies en la frontera con México en El Paso, Texas. Ahí, pidió unidad a los políticos de su país, dejarse de señalar con el dedo y trabajar juntos ante esta crisis humanitaria que no ha dejado de crecer y que, además, aumentará en los siguientes meses gracias al clima y a la crisis desatada en Latinoamérica por la pandemia del Covid-19. Harris visitó una cuidadosamente escogida institución de detención de niñas menores de edad, mientras cerca de ahí estaban las tiendas de menores detenidos en las que se han reportado contagios de Covid, piojos y hasta violaciones, por ahí no pasó y el tema ni lo tocó.

Después de los 4 convulsos y tensos años de la presidencia de Trump se necesitaba un descanso. Grandes gestos y fotografías amistosas. Ya las tuvimos. Ahora es tiempo de trabajar por el futuro de nuestro continente. En algo tienen razón Biden y Harris: hay que ir a la raíz de los problemas. El diagnóstico es acertado, ahora hay que trabajar en una estrategia eficaz que abra futuro para las nuevas generaciones.

La política es ingrata. En menos de lo que canta un gallo Estados Unidos entrará de nuevo en temporada electoral y Harris y su equipo estarán contra la pared buscando votos. La tentación será irresistible: mostrar resultados como sea. Por el otro lado, Trump amenaza con el discurso fácil del odio. Esperemos que los planes a largo plazo resistan este vendaval.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.