2024: el año de la década

CARTAS POLÍTICAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Este 2024, además de celebrarse los Juegos Olímpicos en París, la Copa América en Estados Unidos y la Eurocopa en Alemania, habrá elecciones en 75 países que representan más de la mitad de la población mundial.

Entre todas las elecciones a realizarse resaltan, por su importancia geopolítica, las que se llevarán a cabo en Estados Unidos, Rusia, Venezuela, México, India, Taiwán y la Unión Europea.

La concurrencia electoral global posiblemente influya en el clima internacional viciado por los conflictos armados entre Gaza e Israel, Ucrania y Rusia, Azerbaiyán y Armenia, China y Taiwán y en varios países africanos como Burkina Faso, Níger y Sudán. También puede cambiar las posturas de los gobiernos en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha beneficiado a México por el nearshoring, en un contexto en el que Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía se han unido a los BRICS+, antes conformados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que ahora sumarán un tercio del PIB global y cerca del 45% de la población mundial.

Estos efectos, no obstante, se configurarán a partir de la elección particular en cada uno de los países por electores que posiblemente piensen más en lo local que en lo global. En Estados Unidos podríamos observar el regreso de Donald Trump, quien no se ha cansado de criticar a Joe Biden tanto por su política internacional y el papel de EU en Ucrania y Gaza, como en lo local y su gestión económica y migratoria. Las elecciones en el Parlamento Europeo serán interesantes por el avance de partidos de extrema derecha que son segunda fuerza política en Francia y Alemania y que gobiernan Italia, Hungría, Eslovaquia, Finlandia y Letonia, con una fuerte agenda antimigración.

En América Latina habrá elecciones en El Salvador, en donde Nayib Bukele seguramente se reelegirá como presidente, pese al veto constitucional a la reelección y gracias a su exitosa política de seguridad en contra de las maras y las pandillas que ha conseguido disminuir sustantivamente el número de homicidios. En México, se espera que Claudia Sheinbaum se convierta en Presidenta y consiga gobernar con mayorías en ambas Cámaras del Congreso y con alta probabilidad de contar con el respaldo de la mayoría de la SCJN. En Venezuela, el chavismo y la oposición acordaron la organización de elecciones con presencia de observadores electorales internacionales, pero la candidata opositora María Corina Machado elegida abrumadoramente en las primarias está inhabilitada por la Contraloría para ser candidata por el chavismo y su caso no ha sido resuelto pese a presiones de Estados Unidos.

En la India, desde 2023 el país más poblado del mundo, la oposición intentará arrebatarle su tercer periodo a Narendra Modi, líder del partido político más grande del mundo con 180 millones de afiliados y señalado por limitar la libertad de expresión y su política identitaria en favor del hinduismo y en perjuicio de los musulmanes. De alguna forma, en medio de la polarización internacional, India ha conseguido amistarse con Estados Unidos, China y Rusia y está cerca de superar a Alemania como tercera economía del mundo.

En fin, 2024 será el año electoral más importante en la historia y clave para el resto de la década. Hasta el momento, nuestra década ha sido marcada por el ascenso del populismo, el radicalismo y el desdibujamiento de partidos políticos tradicionales que acompañaron buena parte de las segunda mitad del S XX, la pandemia por el Covid-19 que sigue causando muertes, así como el ascenso de la violencia tanto en conflictos multinacionales como en Ucrania o Gaza y la tensión entre China y Taiwán, que afecta a Japón, étnicos como en África o en Armenia y Azerbaiyán o con grupos criminales como en México, Centroamérica, Colombia y, recientemente, Ecuador.

Los liderazgos que se mantengan o caigan en este año, tendrán un rol fundamental que definirá una situación global y regional muy tensa que cambió rápidamente de la política progresista, librecambista y globalizadora de Obama, Trudeau o Macron a la política proteccionista, populista de Trump, al Brexit de Nigel Paul Farage y, en muchas partes del globo, una política antimigración combinada con una crisis inflacionaria y con alta probabilidad de recesiones económicas. Lo anterior viene acompañado del auge de grandes empresas tecnológicas como Google, Amazon, Apple, Microsoft que tienen ganancias inusitadas en la historia mundial y que han impulsado el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial que revolucionará los mercados laborales, las campañas electorales y la productividad en muchos países.