Salvador Guerrero Chiprés

Cimex lecturalius

CIVITAS

Salvador Guerrero Chiprés *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Salvador Guerrero Chiprés
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El estilete de los hemípteros les permite penetrar los tejidos y succionar líquidos vitales a las plantas y a los animales. Sobreviven a todo. Se la pasan, para aludir a la especie más conocida de tales insectos, la chinche, fastidiando.

Viven transiciones y permanecen vigentes, sean de una antigua generación o de una muy cercana, hayan nacido en una cama pobre o provengan de lechos aristocráticos diversos, pues son sobrevivientes de los controles biológicos en tanto añejas infestaciones.

Son parásitos capaces de revivir en diminutas grietas y estar sin comida durante muchos días. Muy pocos trascienden trienios o sexenios, y los que así lo hacen son duros y permanentemente enchinchadores de la vida de los lechos de los más vulnerables.

Destruyen nuestra tranquilidad, inundan de ronchitas, inyectan inseguridad. En general, no contagian enfermedades y dañan fundamentalmente a pollos y murciélagos. Prevenirlas es mejor que combatirlas. De todas maneras, mejor detestarlas. Tanto en CU, en el Metro desde donde malvibrosos viralizan su presunta aparición.

En la vida política existen seres de alguna manera sintientes con varias semejanzas.

Si hubiera oportunidad, yo le sugeriría al Presidente Andrés Manuel López Obrador sustituir por el Cimex lecturalius la alusión frecuente que hace de los zopilotes como amenazantes animales de las linduras de nuestras realidades e ilusiones democráticas y populares.

Los zopilotes son injustamente representados en la retórica de nuestras queridas mañaneras. Referidos como depredadores de la continuidad democrática de la nación, inapropiadamente sostengo, en la medida de los favores que tales aves de presunta y real rapiña proveen a la naturaleza al deshacerse de los cuerpos sin vida, la misma cuyo fin en todas partes es también iniciadora de nuevos ciclos.

Los zopilotes no molestan a los vivos y su voracidad tiene una transparente libertad diurna, el día, en contraste con las chinches y sus conspiracioncitas nocturnas. Las oscuras aves, además, tienen la belleza del vuelo en vez de la peculiaridad de arrastrarse. Como si las chinches no tuvieran derecho, por otro lado, a hacerlo. A fin de cuentas, son animales sintientes, dirían con insectívora lógica los más incluyentes.

Uno de sus objetivos es sugerir con su enchinchante presencia la absurda probabilidad de una tragedia inventada como la de que todo un movimiento se desangrará, por ejemplo, la circulación, si no se previene con el dominio total sobre los diferentes. Suelen recomendar exclusión.

Una nota aparte. Buena noticia que, por ejemplo, las encuestas más recientes nos indican el colapso de las apuestas de Xóchitl Gálvez y ventaja suficiente para el Proyecto de Nación de Claudia Sheinbaum, sin duda la alejan del enchinchamiento y los rumores.