Ubaldo Díaz

No saben leer pero molestan

LOS BAZUCAZOS DE UBALDO

Ubaldo Díaz*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. 
Ubaldo Díaz
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
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La clase política mexicana no se distingue ni por su cultura ni por su perspicacia. Ello trae, entre otras, dos consecuencias: primera, marchan al ritmo que les toca el presidente, y segunda, ponen el pie a sus propios partidos. El ejemplo más reciente ocurrió apenas anteayer.

En voz del michoacano Marko Cortés Mendoza, presidente del PAN, la Coalición Va por México hizo el anuncio más importante de la temporada, una moratoria constitucional. Esa importancia fue reconocida en las ocho columnas de los diarios más importantes de la capital del país.

Pero dentro de los partidos de la Coalición formada por PAN, PRI y PRD se dejaron escuchar voces inconformes con la decisión porque, dijeron, los iban a dejar sin materia de trabajo. En realidad, sólo revelan que diputados y senadores inconformes no saben leer, ni los textos ni los momentos políticos. Y eso que se dicen profesionales de la política.

La moratoria constitucional, explicó, Cortés Mendoza expresa la decisión de no aprobar ninguna reforma constitucional en lo que resta del sexenio. Es decir, la oposición impedirá que el gobierno desmantele el Instituto Nacional Electoral y frenará la militarización del país. Es una definición muy importante que le da identidad a la Coalición.

Las reformas legales continuarán su curso y los trabajos legislativos se mantendrán. No le ha quitado materia de trabajo a nadie, simplemente hay una definición frente al presidente, una definición que se agradece pues la oposición anduvo dando tumbos frente a la reforma electoral. A las ocurrencias del presidente respondieron con iniciativas, como si la cosa fuera en serio y no estuviera condenada de antemano al fracaso.

La inconformidad interna en los partidos revela también la pequeñez histórica de un sector de nuestra clase política, incapaz de interpretar los tiempos que nos tocan vivir, ciego ante la construcción de una dictadura que requiere de un títere para continuar, infértil, ensimismado en sus propios intereses económicos.

Nada bueno para el país. Hay muchos ejemplos de ese tipo de políticos, pero no voy a personalizar, por ahora. Lo más importante es advertir la mezquindad de ese sector mientras la sombra de la dictadura cubre cada día más rincones de la vida nacional. Ahí está por ejemplo la denuncia penal contra más de 200 diputados a quienes quieren meter a la cárcel por el simple hecho de pensar distinto al presidente López Obrador.

Desde luego que la Coalición Va por México tiene muchos defectos criticables, pero habrá que coincidir con un propósito enunciado por Cortés Mendoza: “no permitiremos romper con la autonomía, integración e independencia del INE ni favorecer la militarización del país que atenta contra la democracia y los derechos humanos”.

La Coalición está cuestionada.

La coalición Va por México reaccionó a la derrota del 5 de junio como se esperaba, prolongando su alianza legislativa, que es precisamente donde le duele a Morena.

PAN, PRI y PRD se declararon en “moratoria constitucional’’, que no es más que anunciar que no votarán ninguna modificación a la Constitución mexicana que sea propuesta por el Presidente de la República.

Para cualquier modificación a la Constitución, incluso en el improbable e indeseable caso de una reforma que permitiera la reelección o prolongación del mandato presidencial como ya algunos morenistas están planteando, se requiere de los votos de la oposición.

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Morena se quiere erigir como el partido hegemónico, al más puro estilo del priismo setentero, es tan necesaria como oportuna.

Así, los dirigentes de los partidos que conforman la coalición “Va por México”, plantearon un recurso denominado “moratoria constitucional” mediante el cual, en lo que resta de la actual Legislatura, se bloquearían las intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de aniquilar a los organismos autónomos como por ejemplo, el INE, al establecer que el también denominado Bloque Opositor no aprobaría ninguna iniciativa enviada por el de Tepetitán que tenga que ver con alguna reforma o adición constitucional.

Está sería una primera señal de que la coalición “Va por México” sale de esa pasividad que había mantenido y estaría dispuesta a asumir el compromiso de que “hay tiro” para 2024, por eso, Marko Cortés hizo un compromiso específico: “Que quede bien claro, no permitiremos romper con la autonomía, integración e independencia del INE ni favorecer la militarización del país que atenta contra la democracia y los derechos humanos”. Ahora sólo falta que cumplan.

Asimismo, el dirigente de Acción Nacional, recordó que la bancada de Morena que en San Lázaro coordina Ignacio Mier, de plano han ignorado las propuestas de las bancadas del bloque opositor. Una prueba de esto se dio en el Parlamento Abierto que se realizó con el objetivo de discutir la controvertida reforma eléctrica enviada por López Obrador.

En resumidas cuentas, dicho ejercicio resultó ser una especie de “circo” en el que los diputados del partido oficial dejaron hablar y hablar a la oposición sin hacer el menor caso.

Es más, en ese tiempo Carlos Salazar Lomelín era el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, (CCE) y no lo dejaron participar en el referido Parlamento Abierto, cancelándole 10 minutos antes. Además, los legisladores de Morena a propósito, organizaron mal y de mala gana dicho parlamento.

También será vetada la iniciativa sobre la Guardia Nacional que pone al descubierto una vez más las intenciones del Presidente de continuar militarizando al país.

Finalmente, y como opinó el legendario Diego Fernández de Cevallos, la coalición “Va por México” debería de analizar muy bien la importancia de estar unidos en la actual coyuntura y recomendó que se mantenga esta alianza de cara al 2024, “pero que nunca debe de discutirse lo primero que debe ser, que es el bien de México”, lo que puede traducirse en que priistas, panistas y perredistas superen su aversión entre unos y otros.

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De acuerdo con las propias cifras del gobierno de la Ciudad de México, cada vez hay más población mayor de 60 años en la capital de la República, lo que requerirá que las autoridades implementen cada vez más políticas públicas dirigidas a ese sector.

En específico, en 2021 había 12 personas mayores por cada 100 habitantes, y para 2050 el número será de 23 por cada 100; de ahí que expertos como Benjamín Suárez Negroe, director médico de Sanulac Nutrición México, urgiera a contemplar en las estrategias de gobierno las necesidades nutrimentales de los adultos mayores para evitar problemas de desnutrición que deriven en complicaciones de salud pública.