Valeria López Vela

Bennett comienza con el pie derecho

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Valeria López Vela 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“Pero realmente es engañosa la esperanza que se basa en las desdichas de los demás, en lugar de en la fuerza de uno mismo”.

Herodes, el Grande

Tras doce años en el gobierno, Benjamin Netanyahu ha cedido su puesto; hacía tiempo que la polarización política obligaba a Netanyahu a convocar a nuevas elecciones que, al mismo tiempo, no terminaban de dar el triunfo a ninguno de los actores involucrados.

Así, los israelíes fueron cuatro veces a las urnas con la esperanza de inclinar la balanza; finalmente, un acuerdo de ocho partidos —con casi ningún objetivo compartido, salvo el de remover a Netanyahu— logró la mayoría suficiente en el congreso para iniciar un nuevo gobierno, en un escenario global distinto.

El nuevo primer ministro, Bennett, presidirá el gobierno por los próximos dos años; cuenta con el respaldo del presidente Biden, de Estados Unidos, de la OTAN y de los miembros del G-7. Bennett inicia, pues, en una arena internacional más sólida que la que enfrentó, en los últimos años, Netanyahu.

La coalición representada por Bennett integra los votos de ocho partidos, del espectro político más amplio; el nuevo bloque de gobierno incluye a los diputados de la Lista Conjunta y Maan, que representan a las minorías árabes. Bennett ha prometido una nueva etapa en las relaciones entre Israel y Palestina, pero no ha dejado de señalar los desacuerdos con Hamas.

Apenas ayer, el gobierno de Bennett-Lapid tuvo su primer logro.

Después de tres años, Israel vuelve a contar con un presupuesto nacional aprobado para el periodo 2021- 2022. Según Bennett, el presupuesto incluye inversiones clave en educación, defensa, medio ambiente, transporte público y alta tecnología.

La coalición que logró hacer gobierno presentó un presupuesto controvertido para muchos pues: a. Propuso el aumento de impuestos para redistribuirlo en los asentamientos en el territorio palestino ocupado; b. Materializó los recortes para los judíos ortodoxos —jaredim—; finalmente, c.  Destinó 50,000 millones de séqueles para la fracción política que representa a la coalición árabe.

En los próximos días, el presupuesto se discutirá en el parlamento en donde deberá obtener el apoyo de una mayoría, de al menos 61 diputados, para que sea completamente aprobado.

Ni el gobierno de Bennett ni la propuesta de presupuesto han sido bien recibidas por los grupos más conservadores del país; sin embargo, considero que se ha hecho mediante un proceso legítimo que busca mediar el intrincadísimo perfil social-histórico-religioso de Israel.

El nuevo gobierno puede refrescar las relaciones con la zona, desempantanar asuntos que parecieron imposibles con Netanyahu y ofrecer un aliento de esperanza al fétido olor de una guerra sin fin.

Sin duda, es una apuesta arriesgada, pero la apuesta por la paz vale la pena y la gloria. Ojalá.