Valeria López Vela

Invasión a Ucrania: día 34

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Valeria López Vela
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Al inicio de las agresiones rusas, la mayoría de los analistas coincidimos en que la caída de Kiev sería cuestión de horas; afortunadamente, el pueblo ucraniano ha dado ejemplo de valentía, resistencia y patriotismo; la capital, hasta hoy, no ha caído. Incluso, los ucranianos han logrado recuperar Irpin, ciudad colindante con Kiev.

A contrario sensu, las fuerzas armadas rusas han enfrentado a una resistencia militar y civil que no esperaba y esto, en sí mismo, es algo en lo que hay que señalar y celebrar.

No deja de llamar la atención que en las próximas mesas de negociación se consideran las exigencias de Ucrania —inmediato cese al fuego— y ninguna de las de Rusia —la desnazificación, la desmilitarización y la protección legal del idioma ruso en Ucrania—. Esto es así pues, tanto la respuesta interna como el apoyo de la comunidad internacional, actuaron de manera decidida frente a la invasión rusa.

Sin el temple de los ciudadanos ucranianos que han resistido, mantenido el espíritu de las tropas en alto y defendido su tierra, su pasado y su futuro, la derrota habría sido rápida y humillante.

El liderazgo del presidente Zelenski ha sido un ejemplo de que los buenos gobernantes lo son, en los días buenos y en los días adversos. Zelenski no huyó ni se acobardó; ha puesto su vida en riesgo por defender a los suyos y —por si fuera poco— ha mantenido una extraordinaria campaña de comunicación que ha dominado la narrativa sobre la guerra.

La comunidad internacional, por su parte, ha hecho lo suyo. Salvo vergonzosas excepciones, los países del mundo han visto en las acciones bélicas de Rusia un signo de barbarie, incompatible con la paz mundial. Así, el apoyo.

La presencia de Joe Biden, Emmanuel Macron o la mediación de Naftali Bennett y Recep Tayyip Erdogan ha sido fundamental para impedir que el conflicto escale y alcanzar una mesa de negociación que considere un alto al fuego inmediato.

¿Qué se espera de esta mesa de negociación? Que Rusia acepte que Ucrania se incorpore a la Unión Europea, pero que se mantenga como un territorio neutral; es decir, que no forme parte de la OTAN. Aún faltan algunos días para conocer el resultado definitivo, pero el presidente Zelenski declaró que la primera mesa fue favorable.

Treinta y cuatro días después del inicio de las agresiones, los ucranianos le han puesto un alto al dictador: enfrentándolo, resistiendo, aprendiendo a convivir con el dolor y con los ojos puestos en la esperanza.

Parece que Putin ha perdido esta intervención, pues no consiguió mucho más que el desprecio y el aislamiento internacional.

La lección más importante que nos deja esta guerra es la importancia de resistir, de no ceder frente al miedo a los tiranos, porque la determinación por defender lo justo y lo que es propio es más poderosa que los delirios, los caprichos y las arbitrariedades.