Valeria Villa

Soledad: elección, síntoma o angustia*

LA VIDA DE LAS EMOCIONES

Valeria Villa*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Valeria Villa
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Sufrir la soledad es una de las razones por la que se plantea la posibilidad de un análisis o de una psicoterapia analítica. La soledad se puede vivir como un espacio de creatividad y calma pero también como estar aislado de los demás. Puede entenderse como un problema o como un logro del desarrollo. La soledad como aislamiento es causa de depresión y de muchas otras enfermedades. En el Reino Unido, por ejemplo, la epidemia de soledad entre personas de la tercera edad llevó a Theresa May a crear un servicio ciudadano para luchar contra dicha soledad.

Los estudiantes que estudian en el extranjero sufren de manera frecuente episodios psicóticos desatados por la soledad. Los migrantes padecen graves desorganizaciones psíquicas ocasionadas por la pérdida de sus redes de apoyo. El divorcio y la viudez también provocan aislamiento social patológico.

Una paciente se siente sola en el mundo, como si nadie la pudiera proteger, escuchar o ayudar si algo sale mal. La pérdida de una figura clave en su vida que la hizo sentir querida, vista, escuchada, importante, única, aumenta su soledad. El origen de este sentimiento es el duelo y también la ausencia de una madre que tuvo que trabajar y que no alcanzó a convertirse en un objeto constante, predecible y confiable para la niña. La desmentida, mecanismo descrito por Freud en El fetichismo (1927) también da origen a sentimientos de soledad inconsolable: la niña le dice a la madre que se siente sola y desolada. La madre le responde que exagera, que no puede sentirse así porque ella siempre está pendiente de sus necesidades. La madre desmiente los sentimientos de la niña. La niña se siente todavía más sola y además un poco loca. En su Diario Clínico, Ferenczi habla de la soledad traumática. En el apartado Soportar la soledad, escribe: “La soledad se hace totalmente insoportable cuando además de un sentimiento de total abandono desaparece la esperanza de poder recibir una ayuda y una comprensión del mundo externo”.

Este sentimiento de soledad inconsolable se presenta con frecuencia en la clínica, entre personas que no saben pedir ayuda, que lo resuelven todo solas y que incluso son expertas en resolverle los problemas a los demás. El costo de esta conducta es un sentimiento de soledad porque sienten que nadie se preocupa por ellos. Hay un narcisismo compensatorio en este rasgo que busca el amor y la aprobación. “Sólo puedo contar conmigo mismo”, dicen los pacientes con esta personalidad.

La angustia y la soledad están íntimamente relacionadas desde el inicio de la vida. En 1905, en Tres ensayos de la vida sexual, Freud se refiere al niño que tiene miedo a la oscuridad y afirma: “El niño no tiene miedo a la oscuridad, sino que está angustiado por la ausencia de una persona amada”. Freud atribuye el origen de la angustia al temor a la pérdida de una persona amada, que daría lugar a un sentimiento de soledad insostenible, insoportable y devastadora.

La capacidad para estar a solas es uno de los signos más importantes de madurez emocional y surge de haber podido estar solo durante la infancia, pero en presencia de la madre o del cuidador sustituto, que es introyectado como un objeto que da seguridad y que da lugar a la confianza básica necesaria para estar tranquilo. Para finalizar, hay que señalar las relaciones existentes entre un superyó severo y la gravedad del sentimiento de soledad. A mayor crueldad del superyó, predominan las ansiedades depresivas y paranoides (no sirvo para nada/todos me odian) y aumenta la posibilidad del sentimiento de soledad como desolación.

*Texto basado en la compilación de Rosa Corzo: Soledad: elección, síntoma o angustia, Ed. ETM, Asociación Psicoanalítica Mexicana, Ciudad de México, 2020