El cambio viene en el campo de la CDMX

HORIZONTE ESTRATÉGICO

Jorge Añorve
Jorge Añorve
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Aunque comúnmente se percibe a la Ciudad de México como un epicentro industrial y empresarial, es crucial reconocer que también posee una significativa porción de terreno dedicado a la agricultura. De hecho, según datos de la SEDEMA, alrededor del 59% del suelo de conservación en la capital está destinado a la agricultura, lo que subraya la importancia de este sector.

Esta extensa área agrícola es fundamental no solo para la economía local, sino también para la seguridad alimentaria y el mantenimiento de la biodiversidad en la región. Sin embargo, la decadencia del campo y los bosques en la Ciudad de México es una triste secuela de años de desidia y falta de inversión por parte de las administraciones gubernamentales anteriores.

La decadencia del campo y los bosques en la Ciudad de México es una triste secuela de años de desidia y falta de inversión por parte de las administraciones gubernamentales anteriores. La productividad agrícola ha sufrido una caída vertiginosa en los últimos años, poniendo de manifiesto la carencia de apoyos económicos esenciales.

La falta de financiamiento y la escasa protección mediante seguros agrícolas constituyen una realidad desalentadora: apenas el 1% de las unidades de producción tiene acceso a algún tipo de crédito, y apenas el 0.1% cuenta con seguro. Además, los desafíos diarios como los elevados costos de insumos, la disminución de precios y la inseguridad solo agravan una situación ya de por sí precaria.

La visión de Santiago Taboada, candidato por la coalición “Va por la CDMX”, se materializa en un conjunto de propuestas audaces y pragmáticas. Desde el reconocimiento y apoyo a los productos del campo chilango hasta la implementación de un programa integral de seguros y financiamiento, estas acciones están diseñadas para fortalecer a las comunidades agrícolas y forestales.

El candidato por la jefatura de la Ciudad de México enfatiza en su estrategia, su compromiso de incrementar la asignación presupuestaria destinada al sector agrícola en las siete demarcaciones territoriales que cuentan con zonas rurales.

La creación de una incubadora de negocios de agricultura urbana y un Centro Biocultural no solo promoverá la innovación y la conservación, sino que también servirá como espacio vital para la educación y el intercambio de ideas. Además, el desarrollo de un plan de movilidad específico para la agricultura urbana y la garantía de un acceso equitativo al agua son pasos cruciales hacia un futuro más sostenible y equitativo.

Reconocer y respaldar a las personas productoras como guardianas de nuestra biodiversidad es un paso crucial que impulsará un cambio real y duradero en nuestra ciudad. Con un compromiso renovado y acciones concretas, podemos transformar la decadencia actual en un renacer vibrante y prometedor para los campos y bosques de la Ciudad de México.

Es hora de revitalizar estos espacios, no solo por su valor ecológico, sino también por el bienestar y la prosperidad de quienes dependen de ellos para su sustento. Nos incumbe proteger y valorar estos recursos naturales que nos han sido confiados.