Emergencia ambiental

Emergencia ambiental
Por:
  • juan_ramon_moreno

Durante la última semana, el aire de la Ciudad de México está saturado de partículas tóxicas asociadas a padecimientos respiratorios, cáncer e incluso diabetes, sin que quienes vivimos aquí podamos hacer mucho más que cargar con el costo y continuar con nuestras actividades diarias.

La contaminación y el cambio climático, por tener consecuencias altamente nocivas para los seres humanos y para la vida en el planeta, nos alarman y, de alguna forma, nos duelen: por eso es importante promover discusiones serias y encontrar soluciones sensatas; urgentes, pero sensatas.

Después de días de alta concentración de partículas PM 2.5, el Gobierno de la Ciudad de México implementó el doble “Hoy No Circula” que ya nos han recetado en otras ocasiones de contingencia ambiental. El asunto es que esta vez, la toxicidad del aire se debe más bien a los incendios que ocurren en las inmediaciones de la ciudad y no al tránsito vehicular; básicamente, los citadinos urgían al Gobierno a hacer algo, lo que fuera, y el Gobierno escuchó.

Sobre los incendios, ahora sabemos que la Comisión Nacional Forestal también fue víctima de los recortes presupuestales y este año recibió menos de la mitad de los recursos que recibía normalmente. También sabemos que los campesinos de las inmediaciones de la ciudad suelen hacer quemas agrícolas para preparar sus tierras para la nueva cosecha, y esa práctica nunca se ha regulado: en otros lugares, las autoridades fijan días específicos para que los agricultores puedan hacer esta actividad de manera controlada.

En un orden de ideas similar, hace una semana el Congreso de la Ciudad de México aprobó una iniciativa propuesta por el Partido Verde para prohibir los plásticos de un solo uso. Es indudable la buena intención detrás de la iniciativa, pero valdría la pena recordar que el Estado suele ser mejor regulando que prohibiendo. Por poner un ejemplo de éxito, en 2001 el Gobierno federal y el del Distrito Federal pidieron a las empresas de bebidas y alimentos trabajar conjuntamente para recuperar los restos de los envases PET; las empresas crearon la asociación civil Ecología y Compromiso Empresarial (ECOCE), que hoy es un actor clave en el reciclaje, ha logrado que se recupere alrededor de 60 por ciento del PET y posicionó a México como el país con más acopio de este plástico en América.

La contaminación y el cambio climático dejan de ser conceptos remotos descritos por científicos y por políticos progresistas para convertirse en fenómenos que se cuelan en nuestra vida diaria con muestras de realidad cada vez más dolorosas. La reacción natural puede ser buscar culpables fáciles para implementar soluciones simples, pero se trata de un problema tan complejo que ese tipo de soluciones nos deberían hacer dudar. Mientras tanto, las imágenes de osos polares famélicos que morían a miles de kilómetros de distancia han sido sustituidas por desajustes en entornos más familiares para nosotros: playas del Caribe invadidas por sargazo, riesgo constante de sequías y ciudades en las que ya no es seguro respirar.