Europa y el totalitarismo: memoria y condena

Europa y el totalitarismo: memoria y condena
Por:
  • armando_chaguaceda

El pasado 19 de septiembre, el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la importancia de la memoria histórica común para el Viejo Continente. Sobre el acumulado de más de siete décadas de condenas políticas, intelectuales, morales y legales a los crímenes de los totalitarismos nazi y estalinista, los eurodiputados pusieron en el centro de su deliberación la suerte terrible de las víctimas concretas y la necesidad de defender los Derechos Humanos. Obteniendo, a la postre, un severo juicio sobre los legados de ambos regímenes de dominación total para el destino de la humanidad.

La resolución recuerda que el 23 de agosto de 1939, Alemania y la URSS firmaron un pacto de no agresión —denominado Molotov-Ribbentrop, por los cancilleres de Stalin y Hitler— contentivo de ciertos protocolos secretos, mediante los cuales ambas tiranías se repartieron las patrias y destinos de millones de europeos. Poco después de esta rúbrica, Polonia fue invadida y ocupada por los nazis y por los soviéticos, en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.

La resolución aborda un tema tabú para cierto sector de la opinión pública izquierdista: la comparabilidad de los crímenes —y naturaleza— del permanentemente excusado comunismo realmente existente y el vilipendiado nazismo. Los orígenes intelectuales del primero —derivado del marxismo, hijo radical de la Ilustración— y su condición de ideología oficial de uno de los regímenes victoriosos en la Segunda Guerra, no bastan para absolverlo de los horrores cometidos, décadas después de 1945, con tantos pueblos al Este del Elba y más allá. Justamente, al posicionarse sin concesiones frente a las atrocidades de ambos totalitarismos —sean aquellas cometidas en nombre de la clase y el futuro luminoso o las producidas invocando la raza y el pasado de gloria— el Parlamento Europeo honra la perspectiva kantiana de poner al hombre como medida y fin de sí mismo, de su acción y reflexión, nunca como medio para propósito alguno ajeno a su existencia y condición humanas.

Al respecto, los eurodiputados fueron claros al señalar que “mientras que los crímenes del régimen nazi fueron evaluados y castigados gracias a los Juicios de Núremberg, sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”. A la vez, acertaron al exhortar que se mantengan “vivos los recuerdos del trágico pasado de Europa, con el fin de honrar la memoria de las víctimas, condenar a los autores y establecer las bases para una reconciliación basada en la verdad y la memoria (…) así como para consolidar la resiliencia europea frente a las amenazas externas actuales”. Un reclamo más que lúcido y urgente frente a la ola filotiránica que recorre, de Norte a Sur y de Este a Oeste, todo el orbe en este primer cuarto de siglo XXI.