Comienza el circo

En dos semanas comienzan las primarias por la candidatura del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Después de varios meses de intensas campañas, sólo seis candidatos permanecen en el juego.

La contienda hasta ahora ha tenido algunas vueltas interesantes; Elizabeth Warren logró ubicarse en el segundo lugar de las preferencias después de varias semanas difíciles, para después regresar al tercer lugar; lo mismo sucedió con Pete Buttigieg, quien por algunos días parecía haberse consagrado como la nueva opción a la derecha de Sanders y Warren para terminar ahora en un distante cuarto lugar.

Sin embargo, a pesar de estos altibajos, en realidad, si observamos las encuestas a lo largo de los meses, la primaria no ha sido verdaderamente interesante. Joe Biden, el vicepresidente de Obama, se ha mantenido en primer lugar, seguido por Bernie Sanders, quien, a pesar de haber tenido un ataque al corazón, logró regresar al juego. La competencia de cara a las primarias en Iowa el 3 de febrero está entre Biden, Sanders y Warren.

Según las encuestas, los tres candidatos podrían ganar el caucus. A pesar de que el número de curules que otorga el estado es insignificante, la victoria en Iowa de alguno de estos candidatos podría definir el resto de la contienda. Si Biden, que ha perdido popularidad a lo largo de la campaña, logra a pesar de esto ganar el estado, se colocará como el favorito indiscutible y será casi imposible vencerlo.

En el caso de Warren y Sanders, la victoria no significaría un golpe definitivo. Lo que es probable que suceda es que, si alguno de los dos se lleva el premio, logrará consagrarse como el candidato fuerte del ala izquierda del partido, provocando el declive del otro y viceversa. Otro resultado interesante podría ser que si Biden perdiera la contienda por varios puntos porcentuales, Buttigieg podría entonces proclamarse como el candidato más al centro, acabando con la candidatura de Biden y poniéndose al tú por tú con Warren y Sanders.

Sin embargo, el resultado más probable es que los tres primeros lugares tengan pocos puntos porcentuales de distancia el uno del otro y que, a pesar de que la victoria le dé un empujón a alguno de ellos, no sea suficiente para disuadir a los otros dos de seguir en la contienda.

En resumen, en dos semanas más tendremos claro el panorama de la primaria para el 2020; ya sea que los meses de expectativas terminen en una aburrida primaria con Joe Biden, como el candidato indiscutible, o que, en un giro sin precedentes, la izquierda estadounidense tomé el poder del partido por primera vez en la historia.