La clase media exprimida

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reportado un problema que comparten sus 36 países miembros (entre los que está México): desigualdad económica creciente acompañada de un importante debilitamiento de la clase media.

En el libro Bajo presión: la clase media exprimida*, la OCDE muestra resultados que deberían ser alarmantes para esas 36 economías tradicionalmente consideradas las “más desarrolladas” del mundo: sus clases medias tienen ingresos individuales estancados e ingresos agregados con menor influencia económica.

La clase media de la OCDE. La OCDE define a la clase media como el sector de la población cuyo ingreso individual anual está entre 75 y 200 por ciento del ingreso mediano nacional. De acuerdo con esa definición, la clase media en México está conformada por los individuos que tienen un ingreso entre 3,757 y 10,019 dólares anuales (entre 71,383 y 190,361 pesos anuales). Consecuentemente, las personas con un ingreso mayor a 200 por ciento del ingreso mediano nacional son consideradas “de ingreso alto”.

El estancamiento en el ingreso. De 1985 a 2016, en los países de la OCDE el ingreso de la clase media creció 33 por ciento menos de lo que lo hizo el del 10 por ciento más rico: la clase alta no sólo siguió siendo más rica, sino que aumentó la brecha de desigualdad entre ricos y clasemedieros. Además, desde 2016, el economista Branko Milanovic encontró que de 1988 a 2011, el ingreso de la clase media occidental creció menos que el de cualquier otro segmento de la población mundial. La conclusión es fatal: los ingresos de las clases medias de la OCDE llevan entre 20 y 30 años estancados, comparados con los de otros segmentos poblacionales de sus respectivos países y del resto del mundo.

La disminución de la influencia económica. En 1985, en los países de la OCDE, el ingreso agregado de la clase media era cuatro veces el ingreso agregado de la clase alta: si se sumaba el ingreso de todas las personas de clase media de un país y se comparaba con la suma del ingreso de todas las personas de clase alta, la suma de los clasemedieros era cuatro veces mayor a la de los más ricos. Para 2015, esa misma suma era menos de tres veces más grande. La consecuencia es que la clase media va perdiendo terreno como grupo preponderante de la economía.

Implicaciones. La desigualdad es inevitable en cualquier sociedad, pero resulta fundamental controlarla, porque si alcanza niveles altos genera polarización y descomposición social. Experimentos han mostrado que a niveles de desigualdad muy altos, los individuos están dispuestos a perder parte de su “ingreso” con tal de que los “más ricos” pierdan una proporción mayor. Controlar la desigualdad es un asunto de eficiencia económica, justicia social e incluso, de preservación de la democracia: en Occidente, los populismos de izquierda y derecha están encontrando tierra fértil entre los votantes que pertenecen, precisamente, a “la clase media exprimida”.

*OECD (2019), Under Pressure: The Squeezed Middle Class, OECD Publishing, Paris. http://doi.org/10.1787/689afed1-en