¡Malditas! las “benditas” redes sociales

¡Malditas! las “benditas” redes sociales
Por:
  • monica-garza

Por más que se defendió, 2018 terminó dominado por las redes sociales, a las que cuatro mil millones de personas en el mundo están conectadas en alguna de sus versiones.

En México estamos casi obsesionados con ser parte del fenómeno, al que nos sumamos alrededor de 80 millones de los 120 que somos, con un perfil en alguna de las

comunidades virtuales.

Este año, los mexicanos vivimos el proceso democrático más grande de nuestra historia, donde las redes sociales jugaron un papel vital para unos y letal para otros.

Según un estudio de la UNAM, México inició 2018 como el cuarto país a nivel mundial con más tiempo “invertido” en redes sociales, donde 65 millones de personas hicieron del ciberespacio una plataforma de opinión política.

El “minuto a minuto” no dio tregua con trasmisiones en vivo a través de Periscope, Twitter, Facebook, Instagram, y así la batalla por un cargo público se aproximó más a un concurso de popularidad en el que ganaba quien generara más trending topics.

Vimos a los partidos políticos obsesionados por volver “virales” sus canciones de campaña e invertir en los hoy célebres bots que consiguieran posicionarlos como “el más seguido”, “el más mencionado”, “el más reituiteado”…

Y así nació el arma más potente para las urnas.

Previo al 1 de julio era bien sabido que quienes votaban por primera vez en esta elección, el llamado “voto millennial”, sería definitorio para el resultado de la elección.

Tres de cada 10 votantes tenía menos de 29 años, y es precisamente esa población la principal usuaria de redes sociales, que una vez que le dio su primer like al entonces candidato López Obrador, ya no lo soltó.

La firma financiera suiza UBS en aquel momento señaló: “el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador en base a la cantidad de likes en Facebook y seguidores de Twitter es hasta nueve veces mayor que la de los demás candidatos”.

“Benditas redes sociales”, dijo Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio por la noche, ante miles de personas en el Zócalo capitalino.

[caption id="attachment_848649" align="aligncenter" width="696"] El Presidente López Obrador, durante su conferencia mañanera, el pasado 26 de diciembre. En ésta llamó neofascistas a quienes atacan en redes sociales. Foto: Cuartoscuro[/caption]

Una “luna de miel” con los “redófilos” que luego de su triunfo, se ha tambaleado particularmente en dos ocasiones. La primera cuando se anunció la reducción del presupuesto para las universidades.

Llovieron las críticas para el Presidente en las redes sociales y se lanzó una convocatoria para una megamarcha de universitarios, que probablemente fue lo que generó la presión suficiente que hizo reaccionar de inmediato al mandatario reculando en la instrucción.

Pero la segunda, y mucho más compleja de enfrentar, fue el pasado 24 de diciembre, luego de darse a conocer la noticia de la muerte de la gobernadora de Puebla Martha Érika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, al desplomarse el helicóptero en el que viajaban.

A sólo 24 días de iniciado el mandato del Presidente más popular en la historia de México, su gobierno se vio manchado con sangre de la oposición. Una tragedia, como él mismo la calificó.

Las “benditas redes sociales” se convirtieron en “malditas”, indolentes y agresivas, que al mismo destinatario le mostraron esa cara que fácilmente se transforma cuando se enfrenta una crisis a la hora de gobernar.

#AMLOasesino llegó a los timeline como una dura ofensiva, acompañado de fake news, videos apócrifos y especulaciones absurdas y ciertamente injustas.

El contraataque llegó bajo el lema #AmloNoEstasSolo y luego #ConLaTragediaNo, sin embargo, la duda de un sabotaje ya estaba sembrada.

Hubiera podido culpar a los bots y apegarse a un manejo de crisis más tenaz, lejos de los pánicos escénicos y lo que luego se convirtió en una todavía más anticlimática reacción.

El Presidente llamó mezquinos, provocadores, conservadores y hasta “neofacistas” a quienes habían desatado los ataques en su contra en redes sociales.

A ellos les atribuyó el ambiente tenso y su decisión de no asistir a la ceremonia luctuosa en Puebla para los políticos panistas recién fallecidos.

De ese tamaño fue el poder que el Presidente otorgó a sus contrarios en las redes sociales. #EpicFail

“Hay que saber quiénes son para ver si se van limpiando de estas lacras de un medio de comunicación tan extraordinario como son las redes sociales”, dijo después. Pero la piedra quedó echada…

Cuestionamientos, dudas, abucheos y hasta insultizas tuiteras es parte del escenario que también se vive cuando se es gobierno. Ésa es la otra cara de la democracia, la misma que puso al Presidente Andrés Manuel López Obrador en su despacho de Palacio Nacional.

Quizá es la falta de costumbre ante la acción de gobernar que, a veces, también duele…