Feminicidio: lugar donde se distrajo la justicia en México

Feminicidio: lugar donde se distrajo la justicia en México
Por:
  • monica-garza

“Coleccionaba muñecas de trapo y disfrutaba andar en bicicleta, trepar en árboles y jugar al columpio. Su familia le decíamos de cariño “Tatis”, era una niña feliz y amada. El 5 de febrero de 2015, Fátima regresaba a casa como siempre, como todos los días, no era un día particularmente extraño, y tres sujetos que eran nuestros vecinos, la interceptaron y consideraron que tenían derecho a arrebatarle la vida, 100 metros antes de llegar a casa, de la forma más cruel posible y lo consideraron así porque eso les enseñó este sistema”… así describió Lorena Gutiérrez el asesinato de su hija, a cinco años de los hechos.

Fátima Quintana fue brutalmente asesinada cuando volvía de la escuela; la violaron, la apuñalaron casi 100 veces y después fue lapidada… Tenía sólo 12 años.

Lo que ocurrió no fue un homicidio, se llama FEMINICIDIO, y es uno de los 3 mil 621 registrados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de 2015 a 2019.

El Estado de México donde Fátima nació y fue asesinada, sólo el año pasado registró 122 FEMINICIDIOS, después de Veracruz que es la entidad líder en este delito, donde se comete un FEMINICIDIO cada dos días.

El estado de Nuevo León ocupa el deshonroso tercer lugar, siendo la próspera ciudad de Monterrey la más letal para las mujeres regiomontanas.

En este marco nacional es que al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, se le ocurrió proponer eliminar el tipo penal del feminicidio, argumentando después, inútilmente, a través de un comunicado de su dependencia, que se trata de una iniciativa “a favor de las víctimas para que cuenten con un tipo penal sencillo, eficiente y de más alta sanción”.

¿Sencillo para quién señor Fiscal?, ¿para aquellos funcionarios que son incapaces de resolver los delitos de violencia contra las mujeres?

“Se imponen siete condiciones, requisitos y circunstancias que complican inútilmente su judicialización”, y con esta redacción se activó la alerta para aquellas y a aquellos que llevan años luchando, pero ¡¡de verdad luchando!!, en contra de la impunidad.

¿Dónde se perdió la justicia en México si el propio Fiscal General de la República considera “complicado” cumplir con la ley en los crímenes de género?

El Código Penal Federal marca 7 condiciones para imputar feminicidio y basta con que se cumpla una sola de ellas para darle seguimiento a este tipo penal.

[caption id="attachment_1099893" align="alignnone" width="696"] Lorena Guitiérrez, madre de Fátima Quintana, posa frente al memorial dedicado a su hija, en Toluca, Estado de México, el jueves pasado. Foto: Cuartoscuro[/caption]

Tampoco se trata de “condiciones irreconocibles o confusas”, como dijo la diputada Martha Tagle con quien platiqué esta semana, pues no es lo mismo una mujer asesinada en un asalto, que una mujer privada de su libertad, abusada sexualmente y luego asesinada.

¿Dónde está la confusión?

La tipificación del feminicidio es el resultado de una lucha social y jurídica de décadas, con el esfuerzo de la sociedad civil, activistas, periodistas y organismos, pero sobre todo de familiares de víctimas que lo único que buscan es justicia y memoria.

La madre de Fátima, sigue recordando el día que mataron a su hija como si hubiera ocurrido hace horas, después de 5 años de amenazas, desplazamiento y violencia institucional, como ella misma lo describe.

De los 3 agresores de Fátima, sólo uno tiene sentencia condenatoria en prisión; otro —que ya estaba libre— tendrá audiencia este lunes 10 de febrero para determinar su situación, y el tercero, Misael Atayde Reyes, podría salir libre en octubre próximo, porque cuando cometió el crimen era menor de edad.

Fue ingresado a la Quinta del Bosque, un centro de internamiento para adolescentes en el que cumpliría sólo 3 años de reclusión por haber violado, privado de la libertad y enterrado a una niña de sólo 12 años…

Lorena Gutiérrez, junto con otras madres, hoy es parte de una campaña contra la impunidad y el olvido de la violencia feminicida en el Estado de México y en todo el país.

El movimiento que incluye la colocación de 35 memoriales, inició con el de Fátima en la Plaza de los Mártires en Toluca, y es sólo uno de los muchos ejemplos que tapizan nuestro país, del por qué la palabra FEMINICIDIO, lejos de borrarse debe subrayarse.

Porque la palabra FEMINICIDIO en cada una de sus letras, duele, avergüenza, amenaza y nos recuerda que hay que pronunciarla con una voz tan firme que también nos defienda de las fallas del Estado, como lo dijo Lorena, “para que no haya más Fátimas caminando con miedo”…