Y Coahuila jugando a la gallina ciega

Y Coahuila jugando a la gallina ciega
Por:
  • monica-garza

El pasado 1° de diciembre quedó marcado como el día más violento en la historia de nuestro país, 128 personas fueron asesinadas en esas 24 horas y 21 de ellas sólo en Coahuila, ahí donde en el primer semestre de 2019 los homicidios dolosos aumentaron 38%.

Sólo en la primera quincena de diciembre, 25 personas habían sido asesinadas en aquella entidad y de acuerdo a la Fiscalía del estado 50% de los crímenes tenía relación con la delincuencia organizada.

Coahuila ocupa el sexto lugar a nivel nacional en casos de violencia familiar. Señala Semáforo Delictivo que el 2019 cerró con 10 mil 12 quejas, lo que representa que cada día hubo 23 episodios de violencia familiar en ese estado, muchos de los cuales posiblemente abonaron a duplicar la cifra de feminicidios en ese territorio, hecho que reconoció la propia fiscalía.

Y sería precisamente en ese Coahuila, donde un niño de apenas 11 años se quitaría la vida, luego de haber llegado a su escuela con 2 armas que disparó, matando a su maestra, hiriendo a otro profesor y a 5 de sus compañeros.

“Inspirado en un videojuego”, dijo a bote pronto irresponsablemente el gobernador Miguel Riquelme en la primera conferencia de prensa que se ofreció después del suceso que enlutó a México entero… aunque después asegurara que no mencionó al juego como la causa del hecho.

Sin embargo, la idea no le pareció tan descabellada a la Secretaría de Gobernación que de inmediato anunció la intención de llevar a cabo acciones en la revisión de lineamientos para la clasificación de contenidos de videojuegos, los parámetros de venta y el catálogo existente.

En 2018 el Senado aprobó la regulación de la clasificación de los videojuegos al considerar que el sistema vigente no era suficiente; en abril de 2019 se realizó incluso el foro “Hacia una regulación de videojuegos en México”, que derivó en un compromiso de diseñar nuevos lineamientos para junio, pero el plazo venció sin cumplir el objetivo.

Resulta ingenuo pretender distraer la atención de lo que realmente está lastimando la estabilidad emocional de los niños en México, que no está ni de cerca en los videojuegos, sino en la realidad de su calle, su entorno o a veces dentro de su propia casa.

“Los niños no son un peligro; los niños están en peligro en nuestro país”, me dijo con firmeza esta semana Ricardo Bucio, secretario ejecutivo del Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

[caption id="attachment_1087648" align="alignnone" width="696"] Imagen del videojuego Natural Selection, el cual presuntamente influyó el tiroteo de Torreón, Coahuila. Foto: Especial[/caption]

Y es que en los últimos 3 años más de 7 mil 800 niños o adolescentes fueron asesinados en México, mientras que sólo 2 personas han muerto en tiroteos perpetrados por menores al interior de una escuela.

No existe ninguna prueba en realidad de que algún videojuego, por violento que sea, pueda generar en un menor la idea de asesinar. Pero crecer en un entorno violento sí que deja una huella en el inconsciente que puede desembocar en consecuencias catastróficas.

63% de los niños mexicanos han señalado recibir castigos corporales o psicológicos. La violencia existe en muchos hogares donde hay niños, en la pantalla de su televisor, en los golpes “para que aprenda”, en el familiar que murió en un asalto o en las balaceras que muchos presencian… y todos somos responsables.

Es verdad que en los últimos 4 años ha habido avances, como la creación de casi 2 mil sistemas de protección a menores en todo el país o mil 100 procuradurías en municipios y estados que no existían en 2015.

Pero la situación de los niños en México no mejora, ¡Empeora!, porque la problemática de violencia rebasa cualquier estrategia, que además lejos de tener un seguimiento lógico, se modifica en cada cambio de administración y se incumplen los acuerdos para este sector de la población.

Los niños no son una prioridad tampoco para la presente administración. Ésa es la verdad. Hay poco presupuesto para ellos y nada lo justifica.

José Ángel tenía 11 años, su madre murió cuando él tenía 6, su padre estuvo preso en Estados Unidos por narcotráfico, se presume que una de sus abuelas murió asesinada; las armas que usó para arrebatar y arrebatarse la vida eran de su abuelo y estaban en su casa como un florero más.

Y todo ocurre en éste nuestro adolorido país que carga con más de 30 mil muertes en 12 meses y 61 mil desaparecidos. ¿De quién es la culpa entonces? ¿de verdad de los videojuegos?…