No Dr. Mireles, una disculpa no es suficiente

No Dr. Mireles, una disculpa no es suficiente
Por:
  • monica-garza

En el año 2009 casi todos conocimos el Violentómetro, una herramienta creada por el Instituto Politécnico Nacional para identificar las distintas formas de violencia, en una lista de palabras que describe las acciones que van subiendo de intensidad el nivel de la agresión, empezando con “bromas hirientes”, pasando por “destruir artículos personales” o “encerrar, aislar”, hasta llegar a “asesinar” que es el último renglón de la lista.

Para todos aquellos especialistas, activistas, o instituciones públicas y privadas que realizan esfuerzos para erradicar la violencia de género en nuestro país, uno de los mayores obstáculos que enfrentan es la normalización de la violencia contra las mujeres en México.

Por generaciones ha sido parte de nuestra cultura, aceptada y hasta fomentada incluso por las mismas mujeres, que inconscientemente se desenvuelven con naturalidad en un entorno machista y agresivo, del que lastimosamente han sido parte y cómplices, porque es simplemente lo “normal”.

Por eso los dichos del Dr. José Manuel Mireles, al llamar a las mujeres “nalguitas” en una ocasión, y “pirujas” en otra, con la naturalidad de un lenguaje “bronco” pero cotidiano, a muchos les pareció que “no es para tanto” y que es más “lo bueno que ha hecho por el pueblo” que un “resbalón” como muchos lo consideraron.

Y nuevamente se minimiza la agresión contra las mujeres, porque se sigue normalizando la violencia de género en este país, en el que un funcionario público puede agredirlas verbalmente en un evento y sólo quizá sea sujeto a una “sanción administrativa”.

Esto significaría que en México, en esta Cuarta Transformación, puede estarse transformando todo menos la acostumbrada violencia de género, dichas las cosas por su nombre.

José Manuel Mireles, nombrado en agosto pasado subdelegado del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado en Michoacán, a estas alturas ya debería de haber sido despedido de su cargo o invitado a renunciar.

El exlíder de autodefensas ha violado la ley con sus dichos misóginos, que son un hecho considerado desde el artículo primero de la Constitución Mexicana, una forma de discriminación que debe ser sancionada.

[caption id="attachment_1007135" align="alignnone" width="696"] José Manuel Mireles, en el Senado de la República, en marzo pasado. Foto: Cuartoscuro[/caption]

El presidente Andrés Manuel López Obrador, a pregunta expresa de la prensa, argumentó que antes de pedirle la renuncia al Dr. Mireles, le pediría que ofreciera disculpas, “vamos a que todos nos perdonemos” dijo el jefe del ejecutivo.

Entonces ¿seguiremos perdonando la violencia de género —y el gobierno solapándola— incluso en funcionarios públicos de un México que ocupa el lugar 14, de 103, en el indicador de prevalencia de la violencia contra las mujeres, y el lugar 23 en prevalencia de violencia feminicida? (información comparativa de la OCDE).

Y tenía que tocar nuevamente en el estado de Michoacán, que cuenta con una alerta de violencia de género desde hace 3 años, y que desde 2018 ha acumulado casi 400 denuncias contra servidores públicos en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

No se puede avanzar en la lucha en favor de los derechos de las mujeres en igualdad, si la violencia institucional es parte de las prácticas cotidianas en los órganos de los distintos órdenes del gobierno.

Permitir semejante indiferencia institucional refuerza las conductas agresivas contra las mujeres en cualquier nivel y eso es el equivalente a aceptar flores y regalos después de una golpiza.

El discurso de José Manuel Mireles y la inesperada reacción del presidente de la República ante el mismo, es el reflejo de la tibieza de las políticas públicas del gobierno federal para enfrentar el gravísimo problema de violencia de género en nuestro país.

Acaso, de verdad, ¿no lo ven? ¿o no lo quieren ver?

311 feminicidios sólo en el primer cuatrimestre de 2019 según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la alerta lanzada por la ONU ante los 10 asesinatos diarios de mujeres en México ¿no es cristal suficientemente claro?

Así que, no Dr. Mireles, no señor presidente, una disculpa no es suficiente ante la misoginia ejercida por hombres de poder, que de mantenerlos ahí, como bien señaló el propio director del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda, es un permiso para que vuelva a suceder.

Nuestra ley es muy clara al respecto: la discriminación debe ser castigada. Seguimos esperando…